La toxoplasmosis es una enfermedad muy temida y es una de las razones por las cuáles muchas personas no quieren tener gatos en casa. Durante muchos años se creyó que todos los felinos poseían este parásito y que con el mínimo contacto se podía contraer esta enfermedad.
Sin embargo, gracias a la información se han podido derribar varios mitos en torno a ella. Lo primero que debemos saber es que la toxoplasmosis es una infección por el parásito Toxoplasma gondii que, en humanos, puede contraerse principalmente por exposición a las heces de un gato infectado.
Lo segundo es saber que no todos los gatos tienen este parásito que puede contraer por comer carne o verduras mal cocinadas o por la transmisión de madre a hijo durante el embarazo.
Dicho parásito no afecta tan solo a los gatos, sino que también está presente en otras especies de animales como los de granjas u otros animales de sangre caliente.
Cómo se contagia la toxoplasmosis
Al contrario de lo que piensan muchas personas, no es tan fácil que un gato contagie a su dueño. Se tienen que dar una serie de factores que, incluso en colonias felinas bien cuidadas y atendidas, son difíciles de aparecer.
“Sin entrar en mucho detalle en el ciclo del parásito de la toxoplasmosis, nuestros gatos se pueden contagiar tan solo a través de algún animal silvestre que cacen que se haya alimentado previamente de heces infectadas”, explicó a 20 Minutos la Dra. María Nieves Alabarcez, bióloga y etóloga.
Para empezar, nuestro gato debe tener acceso a animales silvestres o, en su defecto, a alimentos mal cocinados, como la carne, que pueda contener el parásito y que también supone un riesgo para las personas.
En caso de que el animal se infecte, tampoco es tan fácil que el felino contagie a una persona. “Es imposible que nos infectemos solo acariciando al gato, ya que sólo podemos contraer el parásito a través de sus excrementos”, afirma Alabarcez.
“Los humanos nos contagiamos por manipular con la mano directamente la materia fecal de nuestros gatos y, hay que aclarar que, para que ésta sea infecciosa, tienen que haber pasado entre cuatro y cinco días desde su deposición”, añade doctora.
Es decir que, si mantenemos una buena higiene en el arenero de nuestro gato, recogiendo sus heces a diario, no existe ningún riesgo de contagiarnos con el parásito y, mucho menos, si nos lavamos las manos o utilizamos guantes.
“Si queremos evitar cualquier riesgo de contagio de toxoplasmosis, tan solo tenemos que eliminar las deposiciones de nuestros gatos antes de los cuatro días”, recomienda Alabarcez.
“En cualquier caso, casi todos los diagnósticos de toxoplasmosis en humanos se dan a partir de la ingesta de alimentos (verduras o carne mal cocinadas y contaminadas), y no por los gatos”, agregó.
Mujeres embarazadas y gatos
Una forma de contagio del parásito de la Toxoplasmosis es a través de la placenta, de madre (infectada) a hijo. Este hecho ha causado numerosos abandonos de gatos en las calles, movidos por la falsa creencia que, la simple convivencia con un gato en el hogar pone en riesgo la salud del bebé.
Esto no es real. Como se explicó anteriormente, para que una persona embarazada o no se contagie de toxoplasmosis se deben dar todos los escenarios descriptos en esta nota.