Jennifer Ibarra nació en Tucumán, estudió Veterinaria en Río Cuarto y, a comienzos de la década del 90, se mudó a Mendoza, donde vive y ejerce su profesión desde entonces con su propia clínica. También a comienzo de los 90 creó la Fundación Cullunche, la cual preside y desde donde trabaja en la asistencia desinteresada, la rehabilitación y la reinserción de animales silvestres que son rescatados en Mendoza.
Hace unos días, mediante un decreto firmado por el gobernador Rodolfo Suarez y la ministra de Salud, Ana María Nadal, quedó ratificada y confirmada una sanción de apercibimiento público del Colegio de Veterinarios de Mendoza contra Ibarra a raíz de una serie de acusaciones que hizo en redes sociales y notas periodísticas. Otros 6 veterinarios acusaron a Ibarra de haber incurrido en graves faltas al código de ética profesional, conclusión que fue confirmada por Colegio de Veterinarios en 2016 y ahora confirmado por el gobernador.
La presidenta de Cullunche no se muestra preocupada por la sanción y atribuye la reciente confirmación a denuncias que hicieron hace algunas semanas desde la ONG y a raíz del mal estado de salud y los maltratos a los que son sometidas las mulas que se utilizan para porteo en el Parque Provincial Aconcagua. Cullunche arremetió contra el Gobierno por esta realidad. Y de ello habla en esta edición de Los Andes Streaming.
Muertes en el zoológico y la pelea por el Ecoparque
Durante esta edición de Los Andes Streaming, la médica veterinaria Jennifer Ibarra repasa además los 3 meses en que trabajó en el viejo zoológico de Mendoza, los difíciles momentos que vivió y las duras cosas que vio allí, así como también la batalla que se dio desde el activismo por lograr convertirlo a Ecoparque.
Animales rescatados e invadidos
También la veterinaria repasa algunos de los operativos en que debió intervenir desde Cullunche para rescatar y rehabilitar a ejemplares silvestres que habían sido víctimas de distintos accidentes, o simplemente del siempre presente -y preocupante- tráfico ilegal de fauna.
Pumas, zorros y hasta pingüinos han sido algunos de sus “pacientes”.
Por otro lado, y al igual que ocurrió en la Provincia de Buenos Aires hace unos años -cuando un grupo de vecinos se alertó por la presencia de carpinchos en sus exclusivos barrios-, Ibarra advierte que no son los animales quienes invaden a los seres humanos, sino los seres humanos quienes van construyendo sus casas en los hábitats de ejemplares silvestres.
“El puma, las comadrejas y los zorros son los ‘carpinchos mendocinos’”, aclara.