La obra que se realiza sobre ruta 82, o la ex Panamericana, se ha vuelto eterna para los alrededor de 30.000 usuarios diarios que tiene. Los desvíos y su rudimentario estado son un dolor de cabeza para los vecinos de la zona que someten sus vehículos a un zarandeo que incluso ha implicado roturas. Además, es un entorno inhóspito y oscuro en la noche en medio de puentes en obra. Horario en que los fines de semana hay tránsito dado que es el acceso a la zona de boliches. Ni hablar de los permanentes cambios en el recorrido de los desvíos que desconciertan y el mayor tiempo que demanda el tránsito por la zona.
Pero hay esperanzas a corto plazo: ayer, tras unas 162 semanas de desafíos para conductores y trabajadores del lugar, y muchos reclamos, comenzaron la pavimentación de ese que es el segundo tramo de una mega obra que se divide en tres etapas. Este es el que ha resultado más complejo por sus necesidades y consecuencias: no sólo se trataba de un plan más complicado y ambicioso sino que debió afrontarse sin cortar el tránsito, lo que favoreció la dilación de los plazos.
El desarrollo actual va desde el empalme con el Corredor del Oeste, que se conoce como tijera, hasta la rotonda de Gobernador Ortiz o “rotonda de Olimpo”, donde se encuentra el boliche homónimo y es el último de estos locales en la zona.
Según anticipa Vialidad Provincial, la promesa es que esté listo a fin de año, en diciembre. Si esto se cumple, una obra que estaba planificada para concluirse en 2 años, habrá llevado 3 años y medio. En definitiva habrán sido 40 meses de dificultades, ya que se comenzó en julio de 2021, pero con la expectativa de que el esfuerzo valdrá la pena. Se espera contar con una vía cómoda y rápida, con mejores accesos y distribución del tránsito. El tramo conecta con Godoy Cruz, tanto a través del Corredor del Oeste como en su vinculación con calle San Martín, que además es la conexión directa con la Ciudad.
Ahora, resta concretar el 20% de los trabajos, que según dijeron desde Vialidad, será algo que avanzará más rápido porque es menos complicado que la obra gruesa. “El plan de asfaltado no será lineal, sino que se irá encarpetado en distintos sectores. En algunos, serán las rampas de ingreso y salida, en otras, calles colectoras, y en otras, la traza principal, a medida que la obra vaya estando lista”, explicó el titular de Vialidad Mendoza, Osvaldo Romagnoli.
Un compendio de desafíos
Uno de los primeros desafíos que encontró la obra fue tener que ser afrontada cuando aún se estaba saliendo de las restricciones de la crisis de la pandemia de Covid. Pero además, la imposibilidad de cortar el tráfico también impidió avanzar con la celeridad pretendida. Según explicaron, no había posibilidad de tener vías alternativas, salvo el Acceso Sur que está muy lejos, no quedó otra.
Como plus, había casi 40 familias cuyas viviendas estaban ubicadas en sitios por donde iría la traza, algunas viviendas más formales y otras más precarias, pero que indefectiblemente implicaba su traslado. Para ellas, se construyó un barrio en Luján de Cuyo. Sin embargo, entre tanto, algunas personas aceptaron mudarse a otro entorno de manera provisoria mientras que otros no, y hubo que esperar. Esas expropiaciones implicaron además un recorrido judicial.
También hubo que lidiar con los servicios de luz, agua y gas de la ruta vieja que debieron ser trasladados lo que implicó gestiones y participación de las empresas que los prestan. En tanto, debieron realizarse obras aluvionales, sobre todo porque en la zona hay varios arroyos secos.
Además, se presentaron demoras en la provisión de materiales, fundamentalmente insumos para la pavimentación. Ha sido el mismo problema que atrasó otros trabajos que también ocasionaron complicaciones, como la calle San Juan en Ciudad. Es que los últimos meses de 2023 y el comienzo de 2024, incertidumbre, inflación y devaluación mediante, no había precios y costaba conseguir material. Explicaron que la provisión de asfalto para Cuyo la hace una sola empresa y hay 4 en todo el país
Mejoras
De este modo, según los nuevos planes, el inicio de 2025 encontrará la zona con un nuevo acceso. La intención es que ya estén todos los trabajos terminados para que los usuarios ya no tengan más inconvenientes. La refuncionalización cuenta con el financiamiento del BID (Banco Interamericano de Desarrollo).
Desde Vialidad aseguran que la obra gruesa está casi terminada. En la rotonda de Chacras, hay un puente que tiene 30 m de largo y 15 m de ancho por trocha. Debajo hay un sistema de rotondas, salidas e intercambiadores.
A 1,5 km está la calle Besares, que no tenía salida en la antigua Panamericana, y donde se hizo un puente que ya está casi listo. Además, hay un intercambiador donde está el colegio San Jorge, también casi terminado y luego un intercambiador en calle Pueyrredón que es muy grande, es un viaducto y está al 80%.
En la zona de Guardia Vieja siguen los trabajos.
Los intercambiadores permitirán entrar y salir a la ruta con comodidad, además tiene calles colectoras y ciclovías. Falta concluir la unión de los tramos, poner los New Jersey (los bloques de cemento que dividen las trochas), hacer los cierres, unir rampas con las rotondas y empezar a montar el sistema de iluminación.
Esta ambiciosa obra había iniciado su primera etapa en octubre de 2019. Fue un comienzo lento que luego terminó de empastarse con la crisis del Covid y las restricciones en 2020. Este tramo se terminó en octubre de 2021. Va desde Chacras de Coria a La Puntilla.
Se trató de 1200 metros de tramo, que como es una doble vía, son 2400 metros de camino. Además de hacerse una doble vía, se hizo ciclovía, una vereda que no existía, y se instaló iluminación ya que la que había era precaria.
El segundo tramo son 8,5 km desde la intersección con el Corredor del Oeste hasta la rotonda de Olimpo. La doble vía conecta desde La Puntilla hasta Guardia Vieja. A partir de este último punto continuará la tercera etapa, para la que no hay fecha de inicio. Será una sola vía doble mano, como hasta ahora, pero el cambio implica un ensanchamiento de la ruta: cada trocha tendrá 12 metros. Se trata de unos 22 km desde Olimpo hasta la villa de Cacheuta. Esta última etapa ya fue licitada y está en proceso de adjudicación.