En el álbum “Contrarreloj” (1986), Marciano Cantero y Los Enanitos Verdes le cantaron con melancolía a una historia de amor. Podría haber sido (o puede ser, ya que son letras siempre vigentes) a cualquier amor; de esas canciones que a uno lo identifican en determinados momentos y hasta termina por dedicar a “esa” persona. Pero la particularidad es que el músico mendocino dedicó esa melodía y esa letra a Viviana, su novia de la juventud. Y con un agregado más cinematográfico todavía: la pregunta sobre dónde había quedado “esa hermosa ilusión” de regalarle a ella “lo mejor del amor” encontró finalmente la respuesta el año pasado; ya que Marciano y Viviana se casaron luego de un reencuentro que demoró nada más y nada menos que tres décadas.
Según destaca el portal Vía Mendoza, fue el propio Cantero quien se explayó sobre los hechos reales en los que está basado el clásico de Los Enanitos; y lo hizo en una entrevista con Bebe Contepomi en el programa “Todo lo demás también”, en Mega 98.3.
La historia de amor nació en Mendoza y en 1981, cuando Marciano tenía 21 años. Viviana y él salieron durante poco más de dos años, con un enamoramiento que cada vez crecía más y parecía no tener un techo. Sin embargo, y como si no entendiera demasiado de amor y otras hierbas, el éxito de Los Enanitos también fue in crescendo por un carril paralelo al del amor de la joven pareja en ese momento. Tanto que luego de haber sido elegida la banda como grupo revelación del Festival La Falda, en 1984 el trío decidió mudarse a Buenos Aires para darle forma al primer proyecto ambicioso desde lo artístico: grabar su primer disco.
“Cuando nos fuimos con Los Enanitos dejamos de salir porque yo tenía que seguir, pero nunca tuvimos una pelea, terminamos bien”, rememoró el músico en la entrevista radial. Y dando a entender que en ese momento todo pareció quedar en ‘pausa’, con el cartelito de ‘continuará’ en la esquina inferior derecha de la pantalla de esa película de amor que no merecía tener ese final.
Con la banda ya instalada en el epicentro del país, esa Buenos Aires donde suele decirse que Dios atiende con exclusividad aunque esté en todos lados; Marciano y Viviana comenzaron con el intercambio epistolar. Se enviaban y recibían constantemente esas “viejas cartas”, las mismas a las que Cantero les cantó en el tema que compuso en Bogotá (Colombia) y mientras estaban de gira con el cantante Piero. “Siempre me preguntaba por qué había pasado todo lo que pasó, la letra refleja el dolor de ese momento”, se explayó Cantero. La aclaración puede considerarse redundante, ya que la letra es por demás explícita; al igual que el mensaje de melancolía. Si hasta (se) pregunta retóricamente dónde quedó la ilusión de regalarle a Viviana “lo mejor de mi amor”.
Lo mejor del amor
Más allá de las viejas cartas intercambiadas durante los primeros años de Marciano Cantero en Buenos Aires, los rumbos de las vidas de ella y él siguieron su curso. La historia de amor parecía haber quedado en una de tantas anécdotas juveniles que terminaban abruptamente y sin demasiadas justificaciones. Y durante más de 30 años no volvieron a contactarse.
Pero hace dos años, ambos demostraron que seguía picando el bichito de la pregunta referida a dónde había quedado toda esa ilusión. Porque, evidentemente, ese bichito había dejado clavado su aguijón.
“Afortunadamente nos volvimos a encontrar y nos casamos el año pasado, es una historia verdaderamente asombrosa”, sintetizó Cantero; quien desde entonces regresó a Mendoza, donde vive con su gran amor y a quien le dedicó además otro hit: Francés Limón.