La pobreza multidimensional pasó del 35,9% de la población en el período 2019/2020 al 37,5% entre el 2020/2021 en el Gran Mendoza, según datos del Observatorio de la Deuda Social que depende de la Universidad Católica Argentina (UCA) y tiene su sede en nuestra provincia. Simplificando, la pobreza multidimensional es la que además de contar la pobreza por ingreso, registra que sucede con otros derechos sociales como acceso a la vivienda, alimentación y salud y educación, entre otros.
Desde la entidad consideran que la diferencia de 1,5% es estadísticamente mínima y que el indicador está estable, pero sí advierten que la pobreza estructural registra una tendencia alcista. Así es como pasó del 12,8% en el período 2019/2020 al 14,7% en el período 2020/2021. Son los que registran al menos tres carencias sociales y cuyos ingresos se encuentran bajo la línea de pobreza.
“En el caso de la pobreza multidimensional estructural la tendencia al alza es más evidente, agravando la situación de los que ya eran pobres extremos. Esto estaría asociado al empeoramiento en los ingresos de aquellos hogares de mayor tamaño, que habrían sido los más pobres y vulnerables”, afirman en las conclusiones de su informe Enfoque multidimensional de la pobreza: derechos sociales, y económicos. Gran Mendoza 2017-2021.
El estudio es contundente y claro al explicar los problemas de empleo en la provincia y señala en sus conclusiones que “en el Gran Mendoza aumenta tanto la tasa de actividad como la de empleo y, por lo mismo, no se observan cambios en la desocupación. Sin embargo, al igual que lo que ocurrió a nivel nacional, fue mayor la recuperación de los trabajos precarios de baja calidad, sobre todo, a nivel del sector informal, que la de los empleos plenos en el sector formal, configurando un escenario crítico para amplios sectores sociales vulnerables”.
Y agregan: “Si bien aumentó el empleo en el Gran Mendoza a nivel general, su calidad fue inferior: disminuyó el pleno empleo y el empleo precario, dando lugar a un incremento del subempleo inestable. Este hecho, sumado a que no hubo aumento en la cobertura ni en los ingresos reales para los beneficiarios de los programas sociales nacionales, la mayor inflación afectó sobre todo justamente a los trabajadores informales, lo cual explica los relativos aumentos observados en la tasa de indigencia y de pobreza”.
En este sentido, Diego Santamarina, del Observatorio de la Deuda Social sede Mendoza, indicó que “la tasa de empleo y actividad mejora pero el empleo es de menor calidad y eso afecta la pobreza por ingreso. Las poblaciones más vulnerables son las que más pierden. Cuatro de cada 10 no llegan a comprar la Canasta Básica, y uno de cada 10 es indigente porque no tiene recursos para comprar la Canasta Alimentaria en el Gran Mendoza”.
Qué es la pobreza multidimensional
Es importante recordar que la pobreza multidimensional es un indicador elaborado por el Observatorio de la Deuda Social diferente al que mide tanto el Indec como la Dirección de Estadísticas e Investigaciones Económicas (DEIE), es que estos últimos se basan en la pobreza por ingreso que básicamente determina si una persona llega o no a cubrir, con el dinero que genera, sus necesidades alimentarias y demás gastos.
Pero desde el Observatorio de la Deuda Social Argentina consideran que es necesario contar con un indicador que permita tener más clara la deuda social, y por eso desarrollaron una metodología adoptada para la medición y descripción de la matriz de pobreza de desarrollo humano que considera distintos ámbitos de privación; uno es el de la autonomía económica o del bienestar que se obtiene a través del método de línea de pobreza por ingresos, y otro asociado al cumplimiento de privaciones en derechos sociales como alimentación y salud, servicios básicos, vivienda digna, medio ambiente, acceso educativo y empleo y seguridad social.
Así entonces, un hogar o una persona será pobre multidimensional si tiene problemas tanto de ingresos suficientes como de funcionamientos mínimos por carencia de los derechos sociales considerados.
Derechos sociales vulnerados
En el informe se explican los indicadores de los distintos derechos sociales como alimentación y salud, servicios básicos, vivienda digna, medio ambiente, acceso educativo y empleo y seguridad social.
Así entonces para el Observatorio de la Deuda Social Argentina sede Mendoza, la población con inseguridad alimentaria severa y sin acceso a atención médica o a medicamentos mejoró entre el 2020/2021 con relación al 2019/2020 ya que bajó de 31,9% al 28,8%.
Con relación a los servicios básicos también hubo mejoras y pasó del 7,4% entre 2019/2020 y bajó al 6,7% entre 2020/2021, esta dimensión mide el acceso a agua corriente, fuentes de energía y cloacas.
El indicador de vivienda digna, que incluye vivienda precaria, hacinamiento y déficit en el servicio sanitario, también mejoró. En el 2019/2020 estaba en el 18% y bajó un punto quedando en el 17% en el 2020/2021. Algo similar sucedió con la dimensión medio ambiente que mide la presencia de basurales, la presencia de fábricas y de espejos de agua, también bajó, pasó del 17,6% entre 2019/2020 al 16% en 2020/2021.
En el acceso a la educación, que abarca la inasistencia, el rezago en el nivel medio y rezago en nivel primario, en 2019/2020 los que no accedían llegaba al 33,2% y en 2020/2021 quedó en 32,1%. A Agustín Salvia, titular del Observatorio de la Deuda Social Argentina lo preocupa que el 20% del nivel medio deje la escuela y considera que ahí hay mucho para hacer porque claramente las necesidades económicas le ganan a el entusiasmo de los chicos por estudiar.
En la dimensión empleo se destaca el incremento de la gente que percibe transferencias por algún programa social, en el período 2019/2020 llegaba al 27,6 y en 2020/2021 subió al 29,1%.
Desde el Observatorio de la Deuda Social Argentina sede Mendoza entienden que sobre todos estos indicadores puede trabajar un gobierno provincial y lograr así ir mejorando la vida de las personas, más allá de la calidad del empleo, el salario y los ingresos.
Carencias y pobreza por ingresos
La población con al menos una carencia bajó del 60,6% en 2019/2020 al 58,2% en 2020/2021 y lo mismo sucedió con los que registraban al menos dos carencias, pasó del 34% en 2019/2020 al 32,6% en 2020/2021; pero aumentó la gente con tres y más carencias y subió del 16,5% en 2019/2020 al 17,4% en 2020/2021.
Cuando se enfoca mejor qué pasó con las carencias según el nivel socio-económico, en el de menores ingresos obviamente es donde los que tienen tres carencias o más pasaron del 40,9% en el 2019/2020 al 46,5% en el 2020/2021.
En cuanto a la pobreza por ingresos para el Observatorio de la Deuda Social sede Mendoza en el Gran Mendoza llega al 45,5% de la población y la indigencia trepa al 9,3 en 2021. Para el Indec la pobreza en el Gran Mendoza en el segundo semestre del año pasado llegaba al 44,6% de la población y la indigencia al 7,2%.
“En el Gran Mendoza sólo 4 de cada 10 hogares no presentan pobrezas de ningún tipo, ni monetarias ni de derechos. Los restantes 6 de cada 10 hogares exhiben algún tipo de déficit en materia de pobreza, especialmente los de más pobres, en los que se observa un lamentable deterioro”, destacan en las conclusiones del informe.
Desde el Observatorio de la Deuda Social Argentina le han hecho llegar el estudio al Obispo, al gobernador, a dirigentes de la oposición e intendentes.
“Buscamos que sea un elemento para entender los problemas de fondo, no para acusar a nadie, que se comprenda que son problemas sistémicos y estructurales y que por lo tanto se requieren políticas de estado con medidas más estratégicas”, dijo Salvia.
Salvia: “Se está transformando en algo sistémico en Mendoza que el salario esté por debajo de la media”
Agustín Salvia, titular del Observatorio de la Deuda Social Argentina analizó la situación de la provincia y explicó uno de los mayores problemas que tiene Mendoza sin resolver. “Hay un proceso de mayor desigualdad social que es un problema nacional, esto es así; pero la diferencia en el Gran Mendoza en el 2021 es que la recuperación en materia de ingresos impactó menos que en otros lugares, básicamente porque los empleos que se recuperaron no tuvieron la media de ingreso que acompañara el promedio nacional”, más claro que Salvia imposible, y agrega: “Me sorprende porque no es nuevo esto en el Gran Mendoza, se está transformando en algo sistémico que el salario esté por debajo de la media. Es una sociedad partida, entre el 36 y 40% está en el sector bajo, hay entre 30 y 34% en el intermedio y menos de 4 de cada 10 sin ningún déficit. Hay una fragmentación que la crisis Covid agravó y que por lo cual se requieren no sólo políticas de coyuntura, porque esa estructura se acumula porque ya es sistémica, sino con políticas laborales, sociales y de ingresos”.
Salvia da su visión sobre cómo ve a la provincia y dice: “es como si Mendoza se hubiera quedado en la reconversión vitivinícola y hacen falta otros motores que muevan su economía. Ahí hay un desafío para la provincia” y remata con una reflexión clave: “Para nosotros no es tanto cuánto una política pública atiende la necesidad, sino la ausencia de una estructura productiva que le permita a la gente desarrollarse y ahí hay una barrera que no es de coyuntura”.