El 20 de marzo de 2020, con la entrada en vigencia del DNU firmado por el presidente Alberto Fernández, Argentina ingresaba a la fase Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio (ASPO) en sintonía con los primeros instantes de la pandemia de Covid-19 en el mundo entero. Tres días después, el 20 de marzo de 2020 y en un contexto de fase 1 que implicó un estricto confinamiento en los hogares y la suspensión de la mayoría de las actividades, en El Algarrobal (Las Heras) abría sus puertas el comedor “Horneritos”.
Desde entonces, este espacio se convirtió no solamente en un espacio para que familias y niños de la zona recibieran un plato de comida, sino –además- en un ámbito de contención para muchos chicos y chicas en situaciones de vulnerabilidad. Desde festejos de Navidad y de Pascuas (con regalos y huevos de chocolate incluidos) hasta talleres de folklore, Gabriela Carmona (responsable del lugar) se convirtió en una referente que dejó todo –y más- en el lugar para ayudar a quienes menos tienen, junto a 14 voluntarios y voluntarias que trabajan permanentemente en el comedor.
Pero el comedor “Horneritos” está a punto de cerrar sus puertas, aunque es algo que Gabriela quiera evitar a toda costa (y llora de solo mencionarlo). La ayuda es cada vez más escasa, la comida alcanza para menos niños y el lunes pasado –por ejemplo- tuvieron que dejar a unas 100 personas con sus platos y estómagos vacíos. Porque de las 30 personas a las que se asistía en marzo de 2020 pasaron a más de 1.000 en la actualidad.
“Llegué a un límite al que jamás habría querido llegar: dejar a gente sin comer. Y tener que decirle a alguien que no va a poder comer es algo que duele muchísimo. Muchos chicos y familias se enojaron, y lo que más duele es que es gente que no se estaba peleando porque ganó Boca o porque ganó River, sino por un plato de comida”, destaca con dolor y lágrimas en sus ojos Gabriela Carmona, responsable del comedor “Horneritos”. “Llegó a cruzárseme por la cabeza la idea de cerrar, porque es imposible seguir así”, destacó con dolor la referente social.
La mano está difícil
Desde que “Horneritos” abrió sus puertas, el principal sostén que ha permitido que se les dé siempre un plato de comida a los niños y las niñas de El Algarrobal (e inmediaciones) ha sido la ayuda voluntaria de la gente. En distintas situaciones hasta lograron llevar adelante el proyecto de “Horneritos móvil”, que incluyó viajar hasta Lavalle para llevarles comida, juguetes y ropa a la gente que viene en los puestos del secano.
Sin embargo, en las últimas semanas toda la situación se tornó más dramática. “Es la gente la que siempre nos ha dado una mano. Pero no quedan dudas de que la misma gente también está hoy en una mala situación. Todos estamos en una situación complicada y eso lleva a que las donaciones bajen”, agrega Gabi, quien acotó que también el Banco de Alimentos de Mendoza los ayuda con mercadería.
“Siempre hemos apelado a la ayuda comunitaria y si, por ejemplo, un día hacíamos guiso, la misma gente traía fideos, carne o papas y podíamos preparar. Nosotros no recibimos apoyo de empresas ni de partidos políticos, porque queremos ayudar a todos. Pero ver que te tenés que poner una pechera de cierto partido o movimiento para que te den un paquete de fideos a cambio es algo que me parece muy injusto. Somos un comedor independiente que siempre ha demostrado lo que hacemos con la mercadería. Nunca lo hemos negado ni ocultado”, agrega, ya al borde de la desesperación Gabriela.
En total son 14 los voluntarios y las voluntarias que trabajan ad honorem en “Horneritos”. Cada uno y cada una de ellas tienen sus propios trabajos y ocupaciones, pero cuando las completan dedican el resto de sus jornadas al comedor. “Cuando el lunes tuvimos que salir a decirle a la gente que no nos quedaba comida, se enojaron. ¿Y querés que te diga algo? Tenían razón”, agrega con dolor la referente.
Tanto en 2020 como en 2021, Gabriela Carmona y quienes dan vida a “Horneritos” prepararon locro para entregar a los vecinos de la zona, de la misma manera en que entregaron huevos de chocolate para Pascuas y una cena especial para ambas navidades. Sin embargo, este año no prepararán este tradicional plato criollo, justamente por no contar con la mercadería necesaria.
Cómo ayudar
La solidaridad de la gente ha sido desde el principio el sostén y motor central para el funcionamiento del comedor “Horneritos”. Y es esta misma solidaridad de la que precisan urgentemente en este momento, para poder salir adelante y no llegar al poco final desenlace del cierre del espacio.
“Actualmente estamos asistiendo a unas 1.000 personas. En un momento a 1.200, pero con el paso del momento más crítico de la pandemia, empezó a disminuir. Nosotros hemos parido esto, sabemos cómo empezó y cómo sobrevivió. Y sabemos que la situación está complicada, pero si le ponemos un poquitito entre todos, podemos salir. No hace falta que la gente venga con 10 o 100 paquetes de fideos, por ejemplo. Con uno, ya se hace la diferencia. Y si vienen 100 personas con un paquete de fideos, ya tenemos 100 paquetes”, sintetiza Gabi.
Alimentos no perecederos (de todo tipo), verduras, carne, ropa, calzado y mercadería varia es lo que necesitan desde el comedor “Horneritos” para seguir funcionando. Quienes quieran o puedan ayudar, puede comunicarse con Gabriela Carmona al 2613136783 (tiene Mercado Pago con ese teléfono).
“Es como que estamos empezando de cero, pero con la diferencia de que en marzo de 2020 empezamos con 30 personas, mientras que ahora ya somos 1.000″, concluye la solidaria mujer.