Un matrimonio de ancianos que son a la vez productores rurales decidieron donar al b su propiedad de 508 hectáreas, debido a que no tienen hijos y porque esperan que dicho terreno sea destinado a la investigación y desarrollo científico.
Se trata del productor ganadero Félix Silva y la docente rural jubilada Fredelina Nuñez, ambos de 79 años, quienes decidieron entregar su campo al Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), el que se ubica en el departamento de General Paz, Corrientes.
Según lo detalló TN, el INTA podrá administrarlas post mórtem la propiedad que está valuada en casi un millón de dólares. “En los años que me queden de vida, tengo que seguir manejando las tierras. Pero una vez que mi señora y yo ya no estemos, como no tenemos herederos directos, se hará cargo la cooperadora del INTA”, aseguró el propietario a dicho medio.
En el relato que hizo Silva de su historia, el productor se vinculó con el INTA a partir de su participación en la agrupación Cambio Rural y desde ella pudo progresar a nivel productivo debido a dicha formación. Es debido a esto, y dentro de un gesto de agradecimiento, que el anciano entregará la estancia al instituto de investigación: “La idea es hacer un campo demostrativo, para ayudar a los productores de la zona, por medio de los técnicos”, auguró.
El hombre contó que desde hace 40 años está relacionado con las tareas agropecuarias y que sus padres eran pequeños arrendatarios: “Después, yo pude comprarme unas hectáreas. En un momento, también me dediqué a la agricultura. Hacía maíz, un poco de algodón o mandioca. Esos fueron mis principios, pero ahora solo me dedico a la ganadería. Me ganó el tiempo, jaja”, narró.
“Generalmente, los productores grandes ya tienen sus asesores y conocimientos. Pero los pequeños y medianos no tenemos la espalda suficiente como para solventar técnicos que nos puedan asesorar. Para eso, está el INTA”, afirmó y agregó que “A veces, tenemos un problema grave con los gobiernos, especialmente como éste, que nos ponen palos en las ruedas. Pero los productores agropecuarios cuando más oscurece la noche, más vemos que se acerca el amanecer. En algún momento, los gobiernos van a entender que con el agro se come, se viste, y se educa”.