Las ganas de ayudar al prójimo sobran, pero los recursos no. Al contrario, son cada vez menos. Esta es la realidad que se vive en muchos sectores de la provincia de Mendoza, donde la pobreza avanza a velocidad alarmante y atrapa a miles de personas.
Esta es la realidad que se vive en el merendero Corazones Felices El Sauce, de Guaymallén, lugar en el que 16 mujeres trabajan de forma incansable para darle de comer a más de 500 familias que se acercan todo el tiempo en busca de alimentos. Dicho comedor fue fundado por Paola Castro (33), una solidaria vecina de El Sauce que hace 6 años arrancó con la labor de preparar comida para la gente de la zona con el objetivo de que las personas de la barriada socializaran y se conocieran entre ellos.
En diálogo con Los Andes, Paola aseguró que desde que empezó a dar comida la cantidad de gente que se acerca hasta el callejón Vargas al 6001 –lugar en el que armaron un espacio para atender a las familias- crece de forma permanente. “Durante la pandemia vivimos uno de los momentos más difíciles, pero ahora es peor”, relató de forma dramática.
Esta solidaria vecina ha tenido que recurrir a los medios de comunicación para alertar sobre el crítico momento que viven en el merendero y también para pedir ayuda a los mendocinos para continuar con su labor. “Antes atendíamos todos los días pero ahora, por falta de comida, tuvimos que limitarnos a tres días. Ahora no llegamos a terminar la semana porque nos quedamos sin alimentos”, agregó.
Por la crisis, bajaron las donaciones y subió la cantidad de personas que necesitan comida
Paola contó que el merendero subsiste a base de donaciones de alimentos que reciben por parte de personas solidarias. Las redes sociales son fundamentales para dar a conocer la labor y para solicitar colaboración, pero la crítica realidad económica de Mendoza azota una y otra vez. “Las donaciones se han reducido mucho porque con la misma plata ahora la gente compra la mitad de los alimentos. Encima la cantidad de gente que asiste al merendero aumentó”, argumentó.
“Vamos a la Feria de Guaymallén y a la Feria del Este a pedir donaciones de verdura, pero se redujo mucho la cantidad de carne que recibíamos. Asistimos a unas 500 familias que vienen los lunes miércoles y viernes a buscar un plato de comida; ayudamos sobre todo a niños, mujeres, personas con discapacidad, abuelas y casos especiales de familias”.
En el merendero están tres veces a la semana, antes estaban todos los días pero por falta de insumo lo redujeron a la mitad (carne, comida). Asisten a niños, mujeres, abuelas, personas con discapacidad y en casos especiales a familias”, explicó a la par de detallar que los lunes y viernes dan almuerzo y cena, mientras que los miércoles son merienda y cena.
Las 16 mujeres son las responsables de elaborar los panificados que luego sirven en el comedor pero, ante la crítica realidad, se han quedado sin harina y hasta la sal escasea debido a que las 500 raciones que preparan por jornada prácticamente se vuelan.
Cómo ayudar al merendero Corazones Felices El Algarrobal
Paola explicó que el merendero necesita todo tipo de alimentos, perecederos y no perecederos. No obstante, también reciben ropa y calzado para asistir a los más necesitados en medio de las bajas temperaturas del otoño.
Los que puedan colaborar, tienen que contactarse con Paola Castro al teléfono 2616787807 o mediante la página de Facebook. También pueden hacer llegar los alimentos al lugar donde funciona el merendero, que es el callejón Vargas al 6001 de El Bermejo, Guaymallén.