Un vecino salió a los tiros porque no bajaban la música, baleó a una joven y la dejó parapléjica

La chica de 16 años había ido a saludar a una amiga al cumpleaños de un familar, hasta que el hombre salió desquiciado con un arma porque le molestaban los ruidos. Quedó en terapia intensiva.

Un vecino salió a los tiros porque no bajaban la música, baleó a una joven y la dejó parapléjica
Sara de 21 años y su hermana Sandra de 16 fueron al cumple del tío de una amiga de fútbol, ero la noche terminó en una pesadilla.

Un hombre salió a los tiros de su domicilio enojado con sus vecinos porque la música estaba muy fuerte y no podía dormir. Entre la balacera que propició hubo una sola víctima, una joven de 16 años que aún yace en terapia intensiva en el hospital Penna en villa Zavaleta, Barracas, Buenos Aires. La joven quedó parapléjica y su familia no sale del estupor de saber que no podrá volver a caminar.

La víctima se llama Sandra Lozano, tiene 16 años, y junto a su hermana Sara de 21, fueron invitadas a ser parte del festejo por los 50 años del tío de Jocelyn (26), la mejor amiga del club Libertadores, de San Cristóbal, donde las tres juegan al futsal.

“Me dijo el médico de terapia intensiva que está en estado crítico y que no va a volver a caminar, quedó parapléjica. Dios, ¿por qué con mi hermanita, por qué?”, expresó Sara Lozano (21), hermana de la víctima.

Las hermanas Lozano, de nacionalidad peruanas pero con más de diez años de residencia en Argentina, viven en Balvanera con sus padres y fueron al cumpleaños en la villa Zavaleta, en Barracas, pasada la medianoche.

Sandra Lozano tiene 16 años y la bala quebró una de sus vertebras, por lo que quedó parapléjica.
Sandra Lozano tiene 16 años y la bala quebró una de sus vertebras, por lo que quedó parapléjica.

“Estábamos pasándola bien, escuchando cumbia, comiendo algo y la puerta de la casa de los tíos de mi amiga estaba abierta para que corra aire, pero la reja que da a la calle cerrada con llave. De repente vemos un hombre a los gritos, junto a la reja, exigiendo de mala manera que bajemos la música. A los gritos seguía y se va con una amenaza: ‘Si no la bajan amanecen todos muertos’. Yo pregunté quién era y me dijeron que era un vecino que vive enfrente, con algunos problemas, pero no le dimos mayor importancia”, contó Sara.

Pasó casi 1 hora cuando de golpe ocurrió lo peor. “Yo estaba sentada conversando, en realidad me estaba riendo hablando con mi amiga Jocelyn, cuando no sé por qué miro hacia la puerta y vuelvo a ver a ese mismo tipo que desde la reja estira su brazo, veo un arma y empieza a disparar. Sentí entre ocho y diez estruendos... Creo que mi reacción fue volar contra una pared, intentar cubrirme. Recuerdo que mi hermanita estaba bailando cerquita mío... En ese instante siento que una bala roza mi cabeza, me doy vuelta y la veo a Sandrita boca arriba, con sangre en el pecho”.

Con gran lucidez, Sara, que estudia medicina en la Universidad de Buenos Aires (UBA), le tapó la herida a su hermana, porque perdía mucha sangre, al mismo tiempo que llamó a la Policía.

“Era tal el caos y desmadre, los gritos y la desesperación, que nadie atinó a hacer nada. Por suerte la Policía vino rápido pero la ambulancia demoraba. Entonces decidí llevarme a Sandrita al hospital, contra lo que me decía la policía, que me insistía con que esperara a que llegara la ambulancia. ‘Yo me hago responsable’, les grité”.

Otra de las personas que resultó herida fue su amigo Edylson, a quien uno de los proyectiles le lastimó la mano, pero esto no le impidió ayudar a Sara. A las rastras, lograron meter a Sandra en un auto.

“Mi amigo manejó con la mano ensangrentada y nos dijeron que el Hospital Penna estaba a unos diez minutos. Yo estaba atrás con Sandrita hablándole, moviéndole la cabeza para que no se durmiera, fueron minutos insoportables, interminables, que nunca en mi vida pensé que los viviría. No puedo creer que una persona reaccione de esa manera”, detalla Sara entre lágrimas a Clarín.

Gracias a vos y a tu rápido accionar, tu hermana no murió el mismo día del ataque”, le dijo uno de los médicos de guardia del hospital Penna el pasado domingo.

“El estado es crítico, pero la está peleando. La bala le entró por la espalda, quebró tres costillas, perforó el pulmón derecho y lastimó la médula ósea”, explicó.

El jueves en la tarde, Sandra salió del coma farmacológico y Sara pudo ver a su hermana. “Pude hablar con ella cuando estaba recién volviendo a la realidad. Un hilito de voz, apenas movía los labios, pero me preguntó cómo está ella, cómo yo la veía, si tiene algo, pero no le dije nada. Los médicos me dijeron que más adelante, con un psicólogo, se le dará el diagnóstico”.

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