Además de haber transcurrido gran parte de su infancia en Mendoza y de ser un amante de la Tierra del Sol y del Buen Vino, Juan Germán Diedrichs, asesor financiero, radicado en Buenos Aires, tiene otras muchas pasiones en su vida: la aventura en moto, la cocina y la fotografía.
Fue, precisamente, este último hobby el que lo llevó a vivir una singular historia que eligió compartir con Los Andes, diario que suele leer con mucha frecuencia por su cercanía con esta provincia.
En 2005, en un viaje a Tilcara, Jujuy, capturó con su cámara analógica una hermosa fotografía a una nativa del lugar, ya anciana, asomando su rostro por una puerta-ventana. La foto quedó perfecta y decidió imprimirla y conservarla por años en una caja.
Muchos años después, durante un reciente viaje en moto al Noroeste argentino junto a un grupo de amigos, pasó de vuelta por Tilcara y salió en búsqueda de aquella pintoresca casita donde recordaba haber tomado la imagen.
“Por supuesto que no la encontré. No obstante, seguí insistiendo en la búsqueda, toqué timbre en varias puertas y entré en un almacén a preguntar. La sorpresa fue que Lucía, la señora que me atendió, resultó ser la hija de aquella viejita ¡Y esa era la casa!”, evocó.
“Me comentó que su madre, ya fallecida, era famosa por su particular actitud y que en muchas ocasiones era fotografiada por los turistas.
“Si bien era analfabeta, se daba cuenta de que con eso podía hacer una pequeña recaudación y solía pedir propina por cada foto”, explicó Juan, de acuerdo con el relato de Lucía.
Tan representativa era aquella imagen de la mujer asomada por la ventana, que incluso la propia nieta de la protagonista terminó viendo un cuadro similar, con la foto de su abuela, en una exposición fotográfica en Nueva York. Intentó obtenerla para conservar el recuerdo, pero solo se comercializaba.
“Su mamá, la almacenera, me contó que su hija finalmente no la adquirió. Le dio bronca. De regreso a Buenos Aires decidí ponerla en una caja y enviársela por correo”, relata Juan.
“Lucía no tiene whatsapp ni redes sociales. Además, quería que conservara la fotografía impresa”, señala. Y así lo hizo. Nunca tuvo respuesta.
Hace unos días, un amigo de Juan viajó a Jujuy.
“Le pedí que me hiciera el favor de visitar a esta mujer en el almacén y le preguntara a Lucía si efectivamente tenía la foto en sus manos”, finaliza Diedrichs.
Con gran alegría y satisfacción, Juan recibió, vía whatspapp, la imagen que esperaba: Lucía sosteniendo la foto papel con el rostro inigualable de su madre asomada por la ventana en la emblemática calle Lavalle 314 de Tilcara. Misión cumplida para este fotógrafo aficionado.