Tania Montenegro es una joven mamá que tenía que levantar los 25 kilos que pesa su hija Valentina de cuatro años y con discapacidad motriz, subirla a la moto que compartía con su pareja, y así trasladarla todos los días desde la casa en la que convive con su suegra hasta el jardín por las calles de Candelaria, un municipio de la provincia de Misiones.
En el momento menos esperado, una mujer que desconocía las vio. Su nombre es Melina Genovese, quien estaba acompañada por su novio Facundo Jantzon. Las paró. Tania creía que le iba a preguntar por una dirección. Se detuvo, se quitó el casco y se dispuso a escuchar la consulta. La propuesta la sorprendió: “¿No te gustaría cambiar tu moto por mi auto?”.
Pensó que se trataba de sarcasmo. Le respondió que no tenía dinero para hacer el intercambio, pero la oferta no incluía dinero: era un trueque real entre vehículos. La pareja habían visto cómo Tania llevaba a su hija Valentina y al andador ortopédico en una moto. Al verla en estas condiciones, se dieron cuenta de una necesidad, detalla Infobae.
“Nos cambió la vida por completo”
Tania es asistente doméstica y su novio trabaja con la moto, para ellos era todo lo que tenían. Según expresa, hubiese sido imposible adquirir un automóvil en algún momento de sus vidas porque no podían pagarlo. El destino de Tania cambió por completo de la noche a la mañana del 28 de junio de 2022 cuando se encontró con la propuesta del trueque. “Al principio sentimos miedo y desconfianza, pero la situación avanzó cuando conocimos a las personas”, comentó a Infobae.
Aunque al principio sospechó que se trataba de segundas intenciones, luego entendió que se había topado con dos personas maravillosas que simplemente querían ayudarlos, afirma. “En estos momentos siento una felicidad inmensa, nos cambió la vida por completo y nos permite poder mover a Valentina”, detalló la madre.
El milagro de Valentina
La propuesta de un trueque beneficioso no fue el único milagro que les sucedió en la vida. Cuando Tania tenía seis meses de embarazo, Valentina nació de forma prematura. Pesaba un kilo y pasó casi un trimestre en el hospital. “Valentina tiene Paraparesia espástica, fue producto de un nacimiento prematuro. Tuvo apnea y quedó con esta patología, que le produce una debilidad en las piernas, en ambos miembros inferiores”, relató.
Desde el inicio de su vida le alertaron que “Valentina ni siquiera se va a poder parar”. Pero, lejos de todo los diagnósticos de los médicos, ocurrió lo que nadie jamás se iba a imaginar: comenzó a mejorar su condición. “Este año pudimos conseguirle un andador ortopédico que necesitaba y fue todo un largo proceso poder conseguirlo en la salud pública. Con el aparato se le facilitó muchísimo la movilidad. Valentina gateaba dentro de la casa hasta que lo tuvimos, y este año está empezando a dejar de usar los pañales”, agregó.
“Decían que ella no se iba a poder parar, fuimos mucho a kinesiología, hacemos los ejercicios en casa, y tenemos mucha fe. Es increíble ver cómo avanzó. Ahora puede salir a la calle y caminar, hasta dos cuadras porque le da muchísimo dolor y tiene que parar. La evolución es tremenda”, comenta la madre. Por lo que este año es definitorio para el crecimiento de la niña de cuatro años, que encuentra mejoras en calidad de vida, no solo por los tratamientos, sino también por las personas que le acercaron la posibilidad de tener un auto, según Infobae.
Tania se emociona, y una vez más repite: “Es un milagro. Según el primer diagnóstico no se tendría que haber parado, y ahora lo hace con facilidad. Camina una o dos cuadras con el andador ortopédico. Y ya está yendo al baño con ayuda, e incluso come sola. Pero lo que le encanta es poder jugar con su hermanita (Lara, de ocho años) y el papá”. En cuanto a su desarrollo cognitivo, la madre aclaró: “Es muy inteligente, no tiene ninguna deficiencia intelectual. La única discapacidad es la motriz, ya sabe contar, los colores, habla bien. Es una nena muy alegre y la más consentida de la casa”.
“Mi hija está feliz de la vida”
Las redes sociales hablan por sí solas, ya que cientos de miles de personas compartieron la imagen de Tania con su nuevo auto en la que le agradece a “dos ángeles con el corazón más grande que el Everest”. Ellos, quienes le entregaron un auto Toyota Corolla Sedan de cuatro puertas, color negro, del año 2004, que cuenta con 327.294 kilómetros, que había pertenecido a Carlos Arnaldo Genovese.
“La verdad es que ella no quiere bajarse del auto”, dice Montenegro. “Tiene su sillita y sabe que el auto es de ella, mi hija está feliz de la vida”, concluyó.