Son cerca de 38 mil personas las que viven en el barrio La Favorita de Ciudad y desde hace años tienen que lidiar con la falta de agua, que en los últimos meses se ha agravado.
Bañarse, beber, limpiar, mantener la higiene por la pandemia, cocinar, son tareas habituales para cualquier mendocino pero que para ellos se transforma en una verdadera odisea.
Mucho más para quienes tienen niños pequeños, adultos mayores o personas con discapacidad.
“Estamos hablando de acceso al agua, que es un derecho y hace a la vida digna”, subrayó la referente social de la zona, Micaela Espósito.
“Nos pasa todos los veranos y cada vez que llueve, en 2020 hubo cortes menos extensos pero generalmente se corta cada semana y media aproximadamente”, detalló en referencia a que el año pasado los problemas se presentaron desde el invierno.
Los vecinos aseguran estar cansados de una situación insostenible y por ello, esta tarde a partir de las 18 se congregaron nuevamente para hacer visible su situación y esperar que alguien los escuche y ayude.
“Estamos convocando a una movilización hoy a las 18 en la entrada del barrio, en la rotonda frente a la comisaría”, señaló y destacó que se trata de una problemática histórica y que la primera movilización fue en 2012.
“Hace 4 días estamos sin agua, pero es uno de los cortes más breves por ahora, porque hemos pasado semanas sin agua”, apuntó.
Contó que en 2019 se organizó una mesa de diálogo con vecinos, referentes municipales y de Aguas Mendocinas y que si bien hubo compromisos que apuntaban a resolver la situación, sólo se quedaron en expresiones de deseos. Una de tantas veces.
La vida sin agua
Los días no son fáciles en los 38 barrios que conforman este territorio al oeste de la Ciudad. Cada tanto llega una “solución- parche” desde el municipio pero sólo para algunos y momentánea. Micaela contó que envían un camión cisterna con agua pero sólo a algunas casas, el resto no sabe cómo acceder.
Tratan de sobrevivir en base a la solidaridad de quienes tienen dónde almacenar agua y la comparten, como piletas o tanques. El resto es acarreo y gestión del recurso para lo esencial.
La salud, obviamente está en riesgo, sin higiene no hay chances. Las gastroenteritis están a la orden del día y más en entornos con tantos niños. El calor tampoco ayuda, además de ello es difícil sobrellevar las últimas jornadas de tan altas temperaturas sin agua.
Coronavirus mediante, se vuelve complicado aplicar las recomendaciones básicas para prevenir la infección: lavado de manos y limpieza de superficies. ¿Con qué agua?
Micaela dijo que la escuela de verano ha estado funcionando sin el recurso y con el foco de infección que implican los baños en estas condiciones.
“Entendemos que la responsabilidad para resolver el día a día recae en las mujeres a cargo de las tareas del hogar y los hijos (...) en el caso de los adultos mayores los más jóvenes tratan de acercarles agua o intentan que puedan irse a casas de familiares mientras duren los cortes”, agregó.
