Cientos de vecinos de Perdriel, en Luján de Cuyo, no saben qué hacer ante la inseguridad de la que son víctimas hace varios meses. Se trata del barrio semiprivado Los Tarcos, sobre la ruta provincial 15, una zona en la que la mayoría de las casas está en construcción y sus propietarios no pueden mudarse o avanzar con el proyecto por los robos constantes.
Desde fines de abril comenzaron los golpes y hasta la actualidad no se han detenido. “Desde que la desarrolladora inmobiliaria realizó el loteo, y posteriormente el cierre de parte del barrio, tenemos robos”, relató a Los Andes Yanina, una de las víctimas. Hasta este lunes, ella ya padeció tres hurtos, con destrozos incluidos, y eso que todavía no vive allí.
“Comenzaron a llevarse telas, alambrados y palos de cierres perimetrales, y cuando empezaron las obras robaban vigas, materiales de construcción, herramientas, etcétera”, continuó preocupada la vecina.
A medida que avanzaban las obras en todo el barrio, “no había semana que algún vecino hubiese sufrido un robo”, agregó Yanina con indignación.
“No puedo dar un número de la cantidad de robos porque no llevo la cuenta, pero sí puedo decir que cada vecino que está construyendo, como mínimo, ha sufrido un robo y el barrio tiene 135 lotes”, respondió la propietaria.
En su caso particular, el último hurto fue hace tan sólo cinco días. “Tenía rejas en todas las aberturas y puertas con cerradura y llave, pero cortaron una reja de una de las ventanas, se la llevaron junto con el marco y dos marcos más de ventanas, palanquearon la puerta trasera y la robaron. Cuatro puertas placas, tablero eléctrico con su disyuntor y térmica, enchufes; porta-focos y focos; cajas de cerámicos; pastina; pegamento cerámico” y más herramientas, detalló Yanina sobre el botín con que se alzaron los “amigos de lo ajeno”.
Con sólo este robo la mujer estima pérdidas de, al menos, $400.000, “que encima, cuando repones, ya no son más $400.000 por la situación del país y la inflación”, aclaró.
Sin respuesta de las autoridades
Lejos de quedarse con los brazos cruzados, los habitantes o dueños de propiedades del barrio Los Tarcos presentaron quejas formales a las autoridades, según revelaron. Incluso “uno de los representantes de la unión vecinal se reunió directamente con el comisario, donde le solicitaron la cantidad de construcciones que había en el barrio para poder hacer patrullajes”, detallaron.
Sin embargo, los vecinos aducen que “el patrullaje por parte de la Policía es casi inexistente” y que “el municipio pocas veces hace el trabajo de limpieza, lo cual favorece a quienes se dedican a delinquir”. “También en su momento prometieron que iban a colocar unas cámaras alrededor del barrio y tampoco pasó nada”, reclamó Yanina.
Para ella, tanto la Policía como las autoridades “se tiran la pelota de uno a otro porque no tienen recursos, y la realidad es que quienes sufrimos las consecuencias somos nosotros, los vecinos”. Mientras tanto, los vecinos en conjunto han actuado para intentar combatir los atracos con la contratación de seguridad privada, entre otras medidas, “pero no hay cerradura, reja ni logística que alcance para esta gente que día a día piensa en cómo generarle daño al otro”, advierten.
A pesar de que estaba a punto de mudarse, con el reciente robo a su familia, Yanina debió posponer una vez más dicha posibilidad, algo que repite la mayoría de los propietarios: “Somos familias trabajadoras que ponemos el hombro todos los días para poder construir nuestro sueño de la casa propia, y vemos que la aniquilan día a día”, dijeron a este diario.
Desde el Ministerio de Seguridad no respondieron a la consulta periodística sobre la situación en la zona y medidas implementadas para hacer frente a la situación. Mientras tanto, los vecinos de Perdriel esperan que la respuesta a la inseguridad llegue cuanto antes.