Espectacular magnificencia brindó el acto con el que culminó anoche la Fiesta de la Vendimia de 1950. Extraordinaria concurrencia puso el marco animado y entusiasta al grato espectáculo brindando su aplauso sin restricciones, sumando su aporte para el mayor brillo de otra inolvidable fiesta popular de Mendoza.
Ya al promediar la tarde, gran número de vehículos del servicio de transporte colectivo de pasajeros habilitados hasta las inmediaciones de lugar llevó su carga humana y fue así que las principales arterias de nuestras capital se vieron invadidas por personas presurosas y dispuestas a lograr las más cómodas ubicaciones para presenciar el espectáculo, llegaron desde los distintos departamentos a nuestra capital. Las calles adyacentes al parque General San Martín se poblaron desde temprana hora de una verdadera multitud que en interminable caravana llevaba como punto el punto de destino el gran anfiteatro en el cual se emplazó el monumental palco escénico.
Las sombras que anunciaron la llegada de la noche se vieron desplazadas en parte por la iluminación de caminos y senderos del parque y puso tonalidades multicolores a los macizos de arbustos y a los árboles que señalaron el camino desde los portones en avenida Boulogne Sur Mer.
Un solemne homenaje al General
En este año de 1950, consagrado de modo especial a la veneración del prócer máximo de la argentinidad, un acto público de alcance y la trascendencia del realizado anoche, como es la expresión jubilosa de la Mendoza trabajadora y progresista, debía necesariamente tener su parte consagrada al homenaje a tan augusta figura. Se hizo, en efecto, y contó con la más respetuosa y devota adhesión de toda la concurrencia.
Tuvo caracteres de verdadera originalidad e imponencia. Hacia el final de la función artística, tras un “¡Viva la Patria!”, que habían coreado los bailarines, el locutor dijo palabras ensalzando al héroe y pidió, en su memoria, un minuto de silencio. Se apagó entonces toda la iluminación brillante y sólo quedó el efecto de la luz negra destacando los pañuelos azules de las bailarinas criollas desplegadas a todo lo ancho del escenario.
Un redoble de tambores anunció la presencia de una larga fila de granaderos que, marcialmente, pasó a ocupar la escalera de acceso al trono en toda su extensión. Concluida la colocación, calló el tambor. La orquesta hizo oír un son militar. Luego enmudeció. En el silencio, del Norte vino la voz de un clarín que, contestado a continuación del Sud y del Este, invitó al minuto de silencio, que se cumplió recogidamente, mientras en lo alto del palco escénico surgió en un lienzo de grandes dimensiones, encendido en todos sus colores por la luz negra, el retrato del General San Martín.
Broche de oro de la Vendimia
Ha terminado la Fiesta de la Vendimia de 1950. Con la elección de la Reina y su elección consagratoria al trono simbólico, el broche ha sido de oro. El pueblo, en cuya composición se ha sumado la representación numerosa y entusiasta de todas las regiones de la Nación, le ha dado a la fiesta el tono y el color de las inmensas concentraciones públicas.
Puede afirmarse que este año el arte y la visión estética de la Fiesta de la Vendimia ha superado todas las dimensiones del cálculo. Por primera vez se ha conseguido dar a la Fiesta de la Vendimia una organización acorde con su importancia.
Música y danza. Poesía. Clasicismo literario y coreográfico. Expresión vernácula. Folklore. Fiesta del arte universal y del arte criollo. Canciones del hondo sentir. Cuanto puede unirse y enlazarse en el ritmo subjetivo y en el florecimiento objetivo, se combinó anoche durante la celebración anterior y posterior a la ceremonia de la coronación de la Reina de la Vendimia del Año del Libertador General San Martín.
El acto de la elección de la reina se efectuó en terrenos del parque General San Martín, que hasta hace pocas semanas eran depósitos de materiales de piedras traídas por aluviones que bajan de cerros precordilleranos.
El terreno elegido, por su amplitud y las perspectivas que ofrece para la perfecta visibilidad de los espectáculos que en él puedan realizarse, resulta sumamente indicado para el desarrollo de la ceremonia de la elección de la Reina de la Vendimia.
La representante de Guaymallén, señorita Yolanda Contreras, fue elegida Reina de la Vendimia de la Provincia por el año 1950. La soberana de 1949, señorita Gloria Fábregas, la coronó.