Víctor Núñez, el joven que limpió jardines, fue albañil, técnico de computadoras y ahora se recibirá de médico

De niño perdió a su papá y trabaja desde muy joven. Ahora con 23 años, sin dejar de trabajar, terminó la carrera de Medicina y recibirá su título en febrero.

Víctor Núñez, el joven que limpió jardines, fue albañil, técnico de computadoras y ahora se recibirá de médico
Víctor Núñez se recibirá de médico a los 23 años. De niño perdió a su papá y tuvo que salir adelante trabajando de albañil y jardinero

Víctor Núñez todavía recuerda intacto el golpe emocional que significó la muerte de su papá cuando él y sus hermanos eran pequeños, en su Godoy Cruz natal.

Su padre era carpintero y sostén de hogar de una familia numerosa, nada sobraba pero nada faltaba. De repente, en su hogar del barrio Corredor Urbano 1, todo se derrumbó.

Víctor, que tenía 10 años, recuerda la lucha de Claudia, su mamá, para sacar adelante a sus hijos. Comenzó a trabajar como empleada doméstica y cuando comprobó que Víctor era un alumno dedicado que soñaba con un futuro, le habló claro: “Como sea lo vamos a lograr”.

Lo lograron y con creces. Los resultados aparecieron enseguida, cuando Víctor se destacó siempre como alumno en el DAD, dependiente de la UNCuyo. Y luego durante toda su carrera de Medicina, donde el próximo 24 de febrero, cuando rinda el último final integral, oral y escrito, finalmente se reciba de médico.

Todo por un objetivo

Ese día Víctor se convertirá en el primer profesional de toda su familia. El joven costeó buena parte de su carrera trabajando como técnico en computación, porque tiempo atrás realizó un curso de programador sin imaginar que sería una forma de ganarse la vida.

El camino no fue fácil pero soy un convencido de que todo se puede si uno se lo propone. Nada es imposible cuando hay decisión y convicción”, resume y no se cansa de agradecer la mucha ayuda que recibió desde que cursaba el secundario hasta el final de su carrera de Medicina.

En ese sentido no se olvida de la fundación Fondo de Becas (Fonbec), filial Mendoza, que a través de distintos padrinos lo acompañó durante toda su carrera desde lo económico y emocional.

“Quiero solo agradecer. Tuve la posibilidad de que nada me faltara, libros, fotocopias, pasajes de micro, y eso es valiosísimo cuando los recursos escasean. Siento que tuve eso y mucho más, el respaldo y palabras de aliento de mis padrinos y de la presidenta de Fonbec, Graciela Sanz, quienes nunca me soltaron la mano y me hicieron sentir como si integrara una gran familia”, evoca.

El 24 de febrero próximo su sueño se hará realidad y la más orgullosa, admite, es su mamá.

“Ella me vio de adolescente haciendo lo que podía, albañilería y limpieza de jardines, entre otras changas para poder colaborar en el período más difícil que pasamos con mi familia. Eramos muchos, la muerte de mi papá fue un antes y un después”, recuerda. Lo cierto es que durante toda su carrera, Víctor nunca se atrasó: la inició con 17 años y a los 23 finalmente la terminará y estará listo para salir al mundo profesional, previa capacitación. “Probablemente elija Clínica”, anticipa, entusiasmado, aunque ahora se apura en repasar, una y otra vez, todos los temas que figuran en el examen.

Nacido el 16 de abril de 1998 en el Hospital Lagomaggiore, tiene tres hermanos más: Sergio, Julieta y Valentina. Los mayores tuvieron la intención de estudiar, aunque quedaron en el camino. Se casaron, formaron su familia y se independizaron.

“Hoy económicamente estamos mejor porque somos menos en casa y me las rebusco como técnico reparando computadoras”, cuenta Víctor, que está de novio con Azul, justamente estudiante de Ciencias de la Computación.

Puertas que se abren

Además de la eterna gratitud hacia Fonbec, que pudo expresarla durante el acto de fin de año realizado en el Hotel Diplomatic, donde incluso conoció a sus padrinos, Víctor valoró la oportunidad de cursar en la UNCuyo.

“Le debo todo a esta universidad que tiene un nivel excelente y calidad de enseñanza. Pude sortear la carrera sin inconvenientes y siento que me abrirá muchísimas puertas”, señala.

Víctor comienza de a poco a cosechar el esfuerzo que volcó desde niño y, según confiesa, a devolverle a su madre lo mucho que hizo por él.

“Es cierto que fui yo quien tomó la decisión de seguir una carrera, pero ella me respaldó y su frase fue clave: ‘Como sea lo vamos a lograr’. Ese día está por llegar”, concluye.

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