El cronista Darío Lopreite y el camarógrafo que lo acompaña, Matías Rebellia, de TN, vivieron una arriesgada persecución que terminó con dos motochorros detenidos. Todo ocurrió mientras ambos periodistas cubrían una noticia en el barrio de San Cristóbal, de la Ciudad de Buenos Aires.
Los delincuentes le arrebataron el teléfono a Rebellia, quien además de camarógrafo también es el conductor del vehículo en el que se transportan para hacer las notas. Tras el arrebato, el hombre junto a su compañero salieron detrás de los motochorros para emprender una arriesgada persecución a toda velocidad.
“Fue una situación increíble. Estamos cansados de contar la inseguridad de otros como cronistas, y esta vez nos tocó a nosotros. De pronto la inseguridad nos sorprendió a nosotros”, detalló Lopreite al programa Nosotros a la mañana.
Luego trascendió, tras la detención, que los delincuentes eran padre e hijo. Ambos montaban una moto Honda Twister de 250 cc y registraban antecedentes penales.
“Nuestra reacción fue tratar de perseguir a los delincuentes. Matías es un excelente conductor, y en este caso, cuando le arrebatan el celular desde la ventanilla, pone en marcha el auto y avanzamos por la avenida San Juan esquivando autos”, agregó el periodista de TN.
También aseguró que en ningún momento pensó en las consecuencias que podría aparejar la persecución. “Todo eso lo pensamos cuando la película terminó, habrán sido cinco minutos. Cuando terminó la historia y estaban detenidos, le dije a Matías: ‘Mirá si tenían un arma’”, acotó.
La detención
Cuando los ladrones doblaron por la calle Pichincha chocaron contra un cordón y contra un auto que estaba estacionado. Por el impacto cayeron al piso. “Ellos nunca pensaron que los íbamos a perseguir. Nuestra reacción fue perseguirlos. Cuando doblan les gritamos que tiren el celular, hacen una maniobra y le pegan a un auto estacionado. Y terminan las andanzas de estos dos, uno quedó maltrecho”, explicó.
Luego, un policía de civil logró detener al más joven de los delincuentes que iba como acompañante en la moto. Se trata de un chico de 23 años que intentaba irse caminando disimulando que era un transeúnte.
Pasados los minutos llegaron más policías. “Cuando se nos fue la adrenalina, me vinieron a la cabeza las historias de tanta gente que termina muerta por perseguir delincuentes. Si tenían un arma podrían habernos disparado”.
Finalmente los delincuentes fueron identificados por la Policía de la Ciudad como Daniel Pruyas, de 50 años, y Félix Pruyas, de 23: ambos quedaron detenidos.
Sin embargo, el mayor de ellos se llevó la peor parte porque sufrió un fuerte golpe cuando cayó la moto que piloteaba y quedó en observación. De acuerdo con el registro de antecedentes penales, el padre contaba con una causa por falsificación de documentación y un procesamiento con prisión preventiva con el beneficio de la prisión domiciliaria, por lo que hace un tiempo le habían colocado una pulsera electrónica. También había sido denunciado por violencia de género.