Una mujer salió al patio de su casa para buscar papas para el almuerzo y se encontró con un puma recostado entre su auto y la pared, observándola con atención. El inusual hecho ocurrió el lunes pasado en Juan N. Fernandez, un pueblo del partido bonaerense de Necochea.
Juan Nepomuceno Fernández es un pueblo rural tranquilo, con una población que apenas supera los 3000 habitantes. Situado en el partido de Necochea, provincia de Buenos Aires, y a unos 100 kilómetros de Tandil, la vida en este lugar normalmente transcurre de manera tranquila. El incidente que tuvo lugar en la calle 37, entre 14 y 16, en dicha localidad bonaerense, mantuvo alerta a los vecinos, impidiéndoles disfrutar de su siesta.
Ana María Suárez fue la protagonista del inesperado encuentro con el felino. Según informó Diario Necochea, la mujer mantuvo la calma mientras retrocedía, cerraba la puerta y contactaba al veterinario Dimas Castelucci, autoridad local de Bromatología: “Vení enseguida, tengo un puma en mi casa”.
De acuerdo con el protocolo establecido, Castelucci notificó a la policía, a los bomberos y a la Dirección de Guardaparques municipal, quienes organizaron el operativo. La distancia entre el lugar donde el puma quedó confinado y la puerta cerrada por la mujer era de menos de medio metro.
Se estima que el puma, que se encontraba tranquilo en el patio, pesaba alrededor de 80 kilos.
Alrededor de las 14 horas, llegaron al domicilio de Suárez la Policía Ecológica y los guardaparques de Necochea, bajo la dirección de Julián Zugazúa. Juntos, elaboraron un plan seguro para el rescate.
Dos horas después, se sumó un vehículo de la Dirección de Prevención Ecológica y Sustancias Peligrosas, acompañado por miembros de La Granja de Los Pibes, de Tandil, quienes anteriormente habían participado en el rescate de otro puma en Necochea. Fueron ellos quienes sedaron al animal y lo colocaron en un cubil de madera acolchado.
Posteriormente, una vez completado el rescate con éxito, llegó la fase final del trabajo: el traslado del animal a las sierras de Tandil, donde fue liberado. Aún así, el misterio de cómo llegó al patio de Ana María sigue sin resolverse para los habitantes de Juan N. Fernández.