Viviana Canosa regresó este sábado a la radio con un programa en Radio Rivadavia AM 630 tras un extenso tiempo fuera del aire. Conocida por su estilo directo y sin filtros, Canosa arremetió contra el presidente de la Nación, Javier Milei. La periodista compartió reflexiones sobre los meses en los que estuvo ausente de los medios. También estuvo acompañada por invitados como Paula Oliveto, Álvaro de la Madrid y José Campanella, y no dejó pasar la oportunidad de expresar su perspectiva sobre la situación política actual.
“Nuestro presidente es el colmo”, afirmó Canosa al comienzo de su editorial, criticando lo que considera una falta de libertad de expresión en el gobierno de Milei. Aseguró que el mandatario no tolera opiniones contrarias ni dentro de su propio partido ni en los medios. Con esta declaración, la periodista dejó claro su descontento con la censura que, según ella, domina el ámbito político y mediático en Argentina.
Durante su intervención, Canosa también hizo referencia a su experiencia personal, comentando los nueve meses en los que estuvo alejada de los medios. Describió este período como “todo un embarazo”, utilizando la metáfora para destacar lo largo y complicado del proceso. Según contó, durante ese momento vivió una montaña rusa emocional que la llevó a reflexionar sobre su papel como comunicadora y su relación con la política.
La conductora no se guardó nada al hablar de las razones de su ausencia, declarando que se sintió castigada por decir la verdad. “Me sentía una estúpida porque el único delito que había cometido había sido decir la verdad”, confesó. A su juicio, la honestidad es vista como una amenaza en el panorama mediático y político del país, lo que la llevó a comparar su situación con una escena escolar: “Me vino a la cabeza esa imagen del colegio cuando la maestra o la directora pregunta quién hizo tal o cual cosa y cuando mirás para atrás, solo vos habías levantado la mano... te quedabas solo, escrachado”.
Canosa subrayó la importancia de la libertad de expresión y criticó las restricciones impuestas por el poder. “Aprendí que en la política se puede perdonar casi cualquier cosa menos la verdad”, concluyó, dejando en claro el desafío que implica mantener una voz crítica en un contexto donde las diferencias de opinión parecen no ser bienvenidas.