Volvió el agua a Lagunas del Rosario: historias de quiénes la extrañaban y necesitaban, y de quienes no la conocían

El domingo pasado, y de forma ininterrumpida, el agua llegó de forma constante a Lagunas del Rosario. Hay sitios en los que no corría así desde 2006 y los lugareños la aprovechan para que beban sus animales y hasta para refrescarse y usarlo como playa. Estiman que podría llegar durante 10 días más.

Volvió el agua a Lagunas del Rosario: historias de quiénes la extrañaban y necesitaban, y de quienes no la conocían
Volvió el agua a Lagunas del Rosario. Foto: Ignacio Blanco / Los Andes

Octavio (12), Micaela (11) y Alma (10) chapotean como si nunca antes hubiesen estado dentro de una considerable cantidad agua. Y en sus carcajadas, saltos y piruetas se evidencia que pocas veces han estado tan felices en sus vidas. Y es que, en honor a la verdad, Octavio, Micaela y Alma nunca antes habían estado dentro de un espejo de agua, ni siquiera de una pileta. Y el descripto no es cualquier espejo, sino que es una de las tantas lagunas que conforman y dan nombre –justamente- al paraje de Lavalle, Lagunas del Rosario.

Foto: Ignacio Blanco / Los Andes
Foto: Ignacio Blanco / Los Andes

Hace casi dos semanas, y a raíz de una erogación de agua sin precedentes desde el Dique Cipolletti aguas abajo –y debido al deshielo récord-, el Río Mendoza regresó a zonas del secano lavallino donde hacía, por lo menos, 12 años que no llegaba. Y Lagunas del Rosario fue uno de esos pueblos donde la gente recibió al agua como si fuese una celebridad que regresa al pueblo después de décadas o, más simbólico aún, como si se tratara de un milagro en estado líquido.

Ni Octavio, ni Micaela ni Alma habían visto nunca en sus vidas a las Lagunas del Rosario con agua. Y sólo tenían en sus recuerdos y en su día a día la imagen de una inmensa extensión de tierra seca y agrietada en ese mismo espacio donde hoy no solamente hay un espejo de agua, sino un espacio al que decenas de lugareños se acercan todas las tardes –con sombrillas, reposeras o un simple cajón de frutas en sus manos que usarán como asiento- para darse un chapuzón y, por qué no, disfrutan de unos mates.

Foto: Ignacio Blanco / Los Andes
Foto: Ignacio Blanco / Los Andes

“Acá en verano pueden hacer 50°”, dice Rubén Díaz (62), poblador de Lagunas del Rosario y quien es conocido –en el lugar y en distintas partes del mundo- por ser un “Sanador Huarpe”.



Foto: Ignacio Blanco / Los Andes
Foto: Ignacio Blanco / Los Andes

“Hacía más de 12 años que el agua no llegaba acá. Los más chicos nunca habían visto a las lagunas con agua. Y quienes llegaron a verlas, ni siquiera se acordaban”, cuenta Díaz en su casa y donde –pasando los corrales- ya se ha llenado considerablemente una de las lagunas. “Este es uno de los brazos donde se desparrama el agua del río. ¡Bienvenida sea el agua de nuevo! Estamos todos contentos acá, porque el agua es vida. Para nosotros, y para los animales, que se estaban muriendo”, agrega el hombre

Díaz es artesano y es considerado un “Sanador Huarpe”. De jueves a domingo, y durante todo el día, recibe a entre 200 y 400 personas que llegan a su humilde casa, con enfermedades o distintos padecimientos, para buscar la sanación o, al menos, escuchar su palabra. “Yo no hago nada, son mis manos que actúan como un puente con Dios. Es un don que me dejó mi abuela cuando falleció”, agrega el hombre. Y cuenta que la gente en el lugar acostumbra también a hacer rituales, ceremonias y hasta bailes con tal de que haya un poco de agua.

Foto: Ignacio Blanco / Los Andes
Foto: Ignacio Blanco / Los Andes

“Hace dos semanas llegó por primera vez, y se cortó. Y hace una semana ya llegó con más fuerza. Pero antes, todo esto era tierra seca. Esperemos que la dejen llegar –al menos- una vez al mes. Porque ya se iban a empezar a morir los animales, pero también los chicos. Si vuelve el agua acá, se va a poder sembrar y producir”, se entusiasma el hombre, nacido y criado en el lugar.

De hecho, Díaz recuerda haberse criado en el lugar, entre zapallares y trigales. “En la década de 60 y 70 había crecidas de las lagunas y quienes vivíamos acá pescábamos y, a veces, nos quedábamos atrapados en el agua”, rememora.

El subdelegado de agua del Río Mendoza del Departamento General de Irrigación, Marcelo Landini confirmó por su parte que, teniendo en cuenta la cota máxima que tiene el embalse Potrerillos en la actualidad y dando cumplimiento además a las obligaciones de destinar agua para consumo y para riego, estiman que el agua llegará a Lagunas durante unos 10 días más.

“Desde 2006 que no llegaba el agua por sitios en los que está circulando ahora. Esto es una buena noticia, porque –incluso- el agua ha podido traspasar lugares que estaban muy secos y eran una esponja”, destaca Landini.


Foto: Ignacio Blanco / Los Andes
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No obstante, aclara que es prácticamente imposible que se garantice el envío de agua una vez al mes.

“Esto es una situación especial y esperemos que se pueda mantener la mayor cantidad de tiempo posible. Pero lo cierto es que, por ley, Irrigación tiene que garantizar, primero, el agua para consumo; luego, para riego y recién en tercer lugar para el tema ambiental”, destacó el subdelegado. “Recién para que ahora haya podido llegar agua a esos sitios hemos necesitado de casi un mes de estar liberando agua”, refuerza.

Y UN DÍA LAS LAGUNAS VOLVIERON A SER LAGUNAS

Lagunas del Rosario es uno de los tantos pueblos ubicado en el siempre duro secano lavallino. Ubicadas a 130 kilómetros de la Ciudad de Mendoza, su principal hito de referencia es la Capilla del Rosario, levantada en 1.861 y que actualmente se encuentra en obras de mejoras estructurales.

En el pueblo –instalado alrededor de la capilla y del cementerio- viven poco más de 40 familias, y el lugar es muy visitado por miles de turistas y fieles cada segundo domingo de octubre, momento en que se conmemora la Fiesta de Lagunas del Rosario.



Foto: Ignacio Blanco / Los Andes
Foto: Ignacio Blanco / Los Andes

Como gran parte de ese territorio –parte del sistema de humedales Guanacache-, en la época precolombina la gran mayoría de la extensión estaba ocupada por agua. Pero desde hace décadas está seco.

“Se llama Lagunas del Rosario porque son varias lagunas que se van desprendiendo del río y forman, justamente, una especie rosario”, explica Díaz mientras recorre el lugar. De todas las lagunas, son dos las que comenzaron a llenarse luego de que el fuerte del agua llegara a Lavalle entre el sábado 3 y el domingo 4 de febrero, y después de 18 años sin una considerable y constante presencia.

“La gente venía siguiendo el agua desde La Asunción y San José, e iba avisando, por teléfono, por cada lugar por el que pasaba. Y acá aplaudieron todos cuando llegó”, acota Liliana Jofré, quien también es nacida y criada en el lugar.


Foto: Ignacio Blanco / Los Andes
Foto: Ignacio Blanco / Los Andes

Incluso, muchos de los lugareños hasta se ocuparon de limpiar y desmalezar las –hasta entonces- secas lagunas antes de que llegara el agua, como para prepararlas y aprovechar al máximo este momento histórico.

No solo los habitantes humanos de Lagunas del Rosario recibieron como una bendición el regreso del agua. Los animales tampoco se quedaron atrás. “Apenas llegó el agua, los chivos fueron corriendo a tomar. ¡Quedaron todos panzones!”, cuenta, sonriente, Díaz.

Hasta los perros del lugar están experimentado por primera vez lo que es nadar y zambullirse. “¡Pobres chocos! Los chicos los meten al agua todo el tiempo. Ellos entran y salen todo el tiempo”, agrega Liliana, mientras mira como Octavio, Mica y Alma corren, juegan y se sumergen. No se sacan las zapatillas, ya que las ramas y piedras abundan en el fondo.

Quienes llevan décadas viviendo en el lugar no tienen dudas de que si esta situación excepcional se extiende durante, al menos, dos meses, podrán embalsar el agua de nuevo y como en los viejos tiempos.


Foto: Ignacio Blanco / Los Andes
Foto: Ignacio Blanco / Los Andes

Al norte de la capilla se ubica una de las lagunas más grandes del sitio y que también era una infinita extensión de tierra hasta hace poco más de dos semanas. “Acá viene más gente, es como el balneario Lagunas del Rosario”, explica, con simpatía, Rubén Díaz. Y es en esta parte donde se observan más familias disfrutando del agua y de la posibilidad de refrescarse. “Para allá está la parte más honda”, explican Zulma Díaz y Marta Molina mientras llegan, mate en mano, para disfrutar de un paisaje que no veían desde 2006. “Es una alegría muy grande para todos nosotros. Porque, sin agua, uno no es nada”, resumen las mujeres.

“Este es un momento histórico. ¡Porque todo esto era tierra antes, y ahora es vida!”, reafirma Érica Nievas, quien también aprovecha las pesadas tardes de calor para refrescarse en las resurgidas lagunas.

ESTIMAN QUE EL AGUA LLEGARÁ DURANTE 10 DÍAS MÁS

Lo que se está viviendo por estos días en distintas zonas de Mendoza es histórico. Las intensas nevadas del invierno derivaron en una importante acumulación de nieve en la cordillera, y los deshielos que comenzaron con el calor llevaron a que el embalse Potrerillos estuviera muy cerca de su cota máxima ya a principios de enero.

A raíz de esto, y para dar respuesta a las prioridades, se tomó el agua necesaria para el consumo y para el riego. Y ya desde comienzos de enero, a partir de Cipolletti y río abajo, se empezó a erogar (liberar) agua en niveles que hacía más de 15 años no se hacía.

Esto es lo que ha permitido que, por primera vez en más de una década y media, el agua llegue sobre la traza del Río Mendoza a sitios a los que ya no llegaba. Así es como, por ejemplo, se inundan algunos barrios ubicados en San Roque (Maipú), instalados en las inmediaciones del cauce. Y así es como, también, llegó el agua a estos distritos lavallinos.


Foto: Ignacio Blanco / Los Andes
Foto: Ignacio Blanco / Los Andes

“Es increíble que el agua haya podido llegar a estos puntos, porque hay zonas dentro del río seco que eran casi una esponja y no sabíamos si iba a traspasar esa zona”, explica el subdelegado de agua del Río Mendoza del DGI, Marcelo Landini.

En ese sentido, el referente indicó que mantendrán esa erogación río abajo todo lo que sea posible y calculó que, a juzgar por los niveles de Potrerillos, el agua podría continuar llegando a Lagunas del Rosario durante los próximos 10 días. En ese sentido, una máquina de Irrigación ya está en Lagunas del Rosario para trabajar en el terreno las lagunas, devolverlas a su estado original y que se pueda repartir con facilidad el agua.

“Al tener el río mojado, ahora el agua va a llegar con más facilidad y es la primera vez en mucho tiempo que podemos responder a la demanda ambiental, y es bueno que llegue el agua porque va a dar un poco de pasto y vida a la gente de esos lugares”, agrega Landini.

No obstante, el subdelegado del Río Mendoza descartó, por desgracia, que esto se pueda transformar en una constante y con las condiciones imperantes.

“Va a llegar un momento en que van a bajar los caudales de lo que se derive de Cipolletti para abajo. Porque, por ley, las prioridades de uso del agua son para consumo, para riego y, recién en tercer lugar, para lo ambiental. El agua tardó casi 8 días en pasar de La Asunción a Lagunas del Rosario, es impresionante lo que se va infiltrando en el camino. Pero eso también es bueno, porque hace a lo que es la carga de acuíferos”, concluye Landini.


Foto: Ignacio Blanco / Los Andes
Foto: Ignacio Blanco / Los Andes

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