Hace 3 años, mientras Josefina Machuca, Juan Correa y las hijas de él paseaban por el boulevard Dorrego (Guaymallén) disfrutando de la Feria de las Colectividades, se sumó a ellos una inesperada invitada: Yessi.
“Era de noche, hacía frío y llovía, y de repente vimos que una perrita nos empezó a seguir. Le dimos abrigo y la protegimos de la lluvia, y se quedó con nosotros. Cuando vimos el collar, leímos que se llamaba Yessi y tenía un número de teléfono. Entonces llamamos y nos contaron que era una perrita que había sido rescatada de la calle, que el número era de una ONG que ayudaba a perritos y nos preguntaron si podíamos tenerla con nosotros durante un tiempo, mientras conseguían un lugar. Y así estamos hace 3 años, ella nos adoptó a nosotros más que nosotros haberla adoptado a ella”, resume Juan (50), quien es bombero voluntario del cuartel de la Ciudad de Mendoza.
De hecho, Yessi se ha convertido en una integrante más del cuartel, ya que periódicamente visita a los voluntarios, se encarga de alegrarles el día.
“No es una perra rescatista ni está adiestrada para esas tareas. Pero a veces me acompaña al cuartel y está allí, compartiendo tiempo con nosotros. En el cuartel la quieren todos, siempre llama la atención y como que la hemos adoptado”, aclara Juan.
Pero la historia de Yessi es mucho más emotiva aún. Porque hace 8 años, cuando fue encontrada y rescatada de la calle por primera vez, estaba realmente en muy mal estado. Y el panorama no era para nada alentador. Pero el gran corazón de los grupos rescatistas le dieron esta merecida y valiosa segunda oportunidad.
Una nueva oportunidad para “La Negra”
El 9 de julio de 2015, una perrita fue encontrada deambulando por las calles del centro mendocino. Fue rescatada por una de las asociaciones animalistas que siempre están pendientes y cuidando a los animales callejeros que precisan de asistencia
“Nos dimos cuenta de que estaba preñada y tenía problemas de coagulación, casi se va”, rememora Verónica Julián Marianetti, integrante de uno de estos grupos que ayuda a los perros más vulnerables.
Luego de esa primera asistencia, Yessi quedó hospedada en una casa para estar al resguardo. Sin embargo, una vez que se recuperó, volvió a escaparse y regresó a la calle. La secuencia se repitió varias veces, a tal punto de que en una oportunidad la perrita estuvo perdida durante 11 meses, hasta que volvieron a verla caminando por el centro.
“Al final decidí hacerme cargo yo de la Yessi y pudimos conseguirle un lugar en Maipú, aunque volvió a escaparse, Volvió al centro, yo la veía de vez en cuando, y así fue como –solita- llegó a Dorrego y conoció a quien hoy es su familia. Como tenía mi celular anotado en el collar, me llamó un día Josefina Machuca para avisarme que la Yessi estaba con ellos. Y hace más de 3 años está ahí”, agrega Verónica, sonriente por la plenitud con que Yessi, “la Negra”, disfruta de su nueva vida y de esta segunda oportunidad.
Una perra con sangre de bombera
Josefina Machuca es la pareja de Juan Correa, bombero voluntario de profesión y quien se ha desempeñado con anterioridad en el cuartel de Las Heras. Actualmente Juan está en la dependencia de la Ciudad de Mendoza, y es a ese cuartel donde –con frecuencia- Yessi lo acompaña.
“Desde esa noche en que la encontramos en el boulevard Dorrego, Yessi se integró perfecto a nosotros, al hogar. ¡Ya es parte de la familia, ella nos encontró a nosotros!”, resume -sonriente- Juan, quien este miércoles celebró sus 50 años. Y, por supuesto, Yessi estuvo presente, como toda la familia, en los festejos.
“Todos los muebles de la casa están acondicionados para ella, los sillones, la cama, todo para que ella pueda subirse. Yessi es muy higiénica, siempre hace sus necesidades en el patio y avisa a la hora del almuerzo. Además, no se asusta cuando va al veterinario. De hecho, últimamente es ella quien nos saca a pasear. Y, como vivimos en un ligar chiquito, tratamos de ir a las plazas, a los parques, a distintos espacios verdes”, agrega Juan.
La primera vez en que la perrita fue al cuartel de Bomberos Voluntarios de Ciudad, al enfrentarse a tantas personas y caras desconocidas, Yessi les ladró a todos y cada uno de los compañeros de Juan. Pero luego entró en confianza.
“La Yessi nos trajo muchas alegrías en nuestras vidas”, cierra, con alegría y emoción.