Hace veinte años, Jennifer López marcó un hito en la alfombra roja de los Grammys con su ahora legendario vestido verde Versace abierto hasta el ombligo, que provocó un colapso total en Internet. ¿Cómo puede alguien superar eso?
Bueno, las estrellas más brillantes de la industria de la música lo intentaron y resultó que el blanco fue tendencia, junto con vestidos strapless y uñas brillantes súper largas el domingo en el Staples Center de Los Ángeles.
Estas son algunas conclusiones de la alfombra roja en la noche de los Grammy:
La exitosa Lizzo llegó temprano y lista para su primer plano, y con razón, ostentando el máximo de nominaciones para esta gala.
La cantante y flautista de 31 años, ataviada con un Versace blanco con escote corazón y corsé con cristales Swarovski cosidos a mano, según la casa de moda italiana.
Lucía un peinado de ondas tipo Hollywood y diamantes adornaban hasta sus uñas.
La artista que llegó a la entrega de los Grammys en pleno apogeo abrió la noche con un homenaje a la leyenda del baloncesto Kobe Bryant, muerto pocas horas antes en un accidente de helicóptero, a lo que le siguió un popurrí de varios de sus temas.
Uno de sus principales rivales de la noche, la sensación del rap country Lil Nas X, echó mano del blanco también en su primera propuesta para la ceremonia de premiación previa a la gala, cuando se anunció su primer Grammy al mejor video musical por su gran éxito viral, "Old Town Road".
Gwen Stefani, que se presentó con su compañero en la vida real Blake Shelton, lució un minivestido de Dolce y Gabbana también sin tirantes, con incrustaciones de nácar y botas hasta los muslos.
La actriz india Priyanka Chopra Jonas, que acompañaba a su nominado esposo, Nick Jonas, lució impactante con un escote tan atrevido como el de JLo -tanto que se alcanzaba a ver su piercing del ombligo- en su vestido tipo caftán con detalles plateados y flecos.
La princesa del pop Ariana Grande llegó como flotando en una nube: un vaporoso vestido de tul con volantes azul grisáceo de la diseñadora Giambattista Valli y guantes casi hasta los hombros, con su característica cola de caballo.
El strapless fue una notable tendencia el domingo.
La cantante pop barroca Lana Del Rey se desfiló sobria y elegante con un vestido plateado brillante con un escote cerradura bordado de cristales y con flecos.
A veces de lo que se trata es de hacer una declaración a viva voz con un poco de color brillante.
Lil Nas X abandonó el blanco previo por un atuendo de vaquero Versace rosa chicle de chaqueta corta y pantalones, sobre una blusa de malla con arnés y el consabido sombrero.
Para no quedarse atrás, Billie Eilish, una de las grandes favoritas de la noche, estaba de la cabeza a los pies ataviada con un Gucci ancho negro y verde lima, y zapatillas deportivas.
El cantante y compositor canadiense Shawn Mendes eligió un traje Louis Vuitton de tres piezas en tono bordó.
Este domingo, música y uñas fueron una sola cosa, y cuanto más largas, mejor. Las de Lizzo estaban literalmente goteando diamantes, o algo parecido a las piedras preciosas.
Eilish se decantó por unas uñas verdes salvajes que combinaban con su Gucci personalizado. Y la española Rosalía, ganadora del mejor álbum latino de rock, urbano o alternativo, dijo que sus uñas plateadas como dagas eran "algo especial" que hizo por la noche.
El mundo del espectáculo no suele ser amable con Donald Trump, pero algunos invitados a los Grammy han usado más de una vez la alfombra roja para clamar su amor por el presidente republicano, y sin duda tratar de aumentar su presencia en las redes sociales.
La cantante Joy Villa se cubrió con un vestido rojo brillante con el lema TRUMP 2020 estampado en la parte delantera en letras blancas. ¿En la espalda? IMPUGNADO Y REELEGIDO. La frutilla del postre era una capa azul y blanca.
El cantante Ricky Rebel llegó con un estrafalario traje rojo bajo un paraguas con dosel de encaje, que abrió para revelar una blusa de flecos y unos pantalones de cuero que dejaban sus nalgas al aire en las que estaba escrito: IMPUGNA ESTO.
Y la actriz Megan Pormer llevaba un vestido rojo sin tirantes y con una abertura súper alta que decía "NO WAR IRAN". Con sus brazos abiertos, desplegó una especie de capa hecha con las banderas estadounidense e iraní.