Duerme poco, se duerme tarde, no se quiere dormir o solo duerme de ratos. Estas y muchas otras opciones aparecen a la hora de analizar los horarios de sueño de los más pequeños.
La realidad es que dormir ( Como también sucede con los adultos) es una fuente de energía para realizar nuestras actividades, mejorar el humor, tener ganas de jugar y de alimentarse sin berrinches.
“A los niños el cansancio les llega o les gana ‘por cansancio’, valga la redundancia. Es decir, en la mayoría de los casos los chicos no piden o avisan que se quieren ir a la cama, sino que el agotamiento los termina venciendo. Lo ideal es crearles una rutina para que tengan un sueño saludable, no sólo para que se duerman cuando el sueño les llega”, explica el médico pediatra Ricardo Gutiérrez.
Existen distintas formas de lograr que un niño se duerma, el juego es una manera de tener la mente ocupada pero también de quemar energía, no solo una actividad física es una buena aliada, sino también los juegos de ingenio, salir a dar un paseo e incluso jugar con la mascota de la casa.
Otra forma efectiva de lograr un descanso reparador y saludable es darles un baño por la noche ya que los ayuda a dormir relajados, y a bajar la excitación de todo el día. De modo contrario, si se baña a los niños apenas se despiertan, sólo se logrará que se despabilen de manera más rápida.
“Prepararles la cama, sentarse con ellos y leerles un cuento, o conversar sobre lo ocurrido en el día es una manera de ir relajándose para dormir. También se recomienda alguna lámpara con luces bajas, sábanas que no sean demasiado ajustadas, el peluche preferido y preparar el ambiente para que sea acogedor junto, con un infaltable beso de las buenas noches” , destaca Gutiérrez.
Tips para un descanso saludable
- Crear una rutina en donde el niño sepa que es hora de ir a la cama: por ejemplo, bañarse, lavarse los dientes, ponerse el pijama, etc.
- Incorporar la siesta como ayuda. Es importante que duerma un poco para que no llegue tan agotado ni fastidioso al final del día.
- Los niños en edad preescolar deben dormir entre 12 y 13 horas durante todo el día, y en edad escolar de 10 a 11 horas empezando a eliminar a siesta.
- Para el correcto descanso, lo ideal es que duerman en su propia cuna, y entre los 12 y 36 meses pasen a la cama para descansar en su propia habitación. Su primera cama debe ser adaptarse a un tamaño que le permita libertad de movimientos y evite caídas.
- A la hora de dormir, el cuarto debe estar entre los 18 y 20 grados de temperatura con un nivel de humedad no mayor al 60 % así como libre de luz y ruidos fuertes. Aunque lo ideal es acostumbrar a los bebés a dormirse en ambientes con ruido cotidianos, de lo contrario, ante cualquier mínimo sonido se despertarán.