El camino que conduce a Tafí del Valle está jalonado por cientos de curvas que se visten de yungas. Todo es verde, en miles de tonalidades y texturas, que sólo se interrumpen por la ruta provincial 307 y el curso del río Los Sosa. Las yungas encandilan y es imposible no quedarse prendado de la ventanilla.
No en vano este territorio forma parte de una reserva natural llamada también Los Sosa. Hoy, los 107 kilómetros de recorrido suponen un trayecto de unas dos horas, aunque hace menos de cien años significaba una expedición compleja con noches de acampada de por medio. Ese trayecto era el precio a pagar para escapar del calor propio de San Miguel de Tucumán en los meses de verano. El auto avanza y una vez en el valle, a aproximadamente 2.000 metros sobre el nivel del mar, la exuberancia de las yungas queda atrás. Ahora ya no se ven árboles, sólo los cerros desnudos.
Hugo -el guía del paseo- dice que en Tafí del Valle la población es de 15 mil personas. Lo cierto es que, cuando me bajo del auto en la estancia Las Carreras, lo único que veo son unos cerros verdes y solitarios, algunos caballos que desde la distancia parecen de juguete y unas nubes que amenazan con lluvia. Imagino que el paisaje no ha cambiado mucho desde 1718, año en que la primera misión jesuita se instaló en esta tierra ¡Qué delicia que algunos paisajes sobrevivan tan indemnes al paso del tiempo!
A caballo
A la mañana siguiente ya no hay rastro de las nubes de la noche anterior, ni tampoco del frío. En Tafí los días pueden ser cálidos pero las noches son casi siempre frescas. Adentro, la estancia huele a pan casero, recién hecho para el desayuno.
Afuera el día es perfecto para la cabalgata que está programada. Hernán prepara los caballos con la agilidad que da la experiencia y dice que las mañanas suelen ser despejadas y que es por la tarde -cuando se concentra la humedad del ambiente- que aparecen las nubes. Me relata el recorrido a realizar y me cuenta qué valles y qué árboles hay detrás de esas montañas. Serán casi tres horas de paseo, me anticipa. No hace falta que diga que ha nacido aquí para saber que es un conocedor de la zona: domina el escenario de memoria.
A caballo, el paisaje toma una perspectiva diferente que se acentúa cada vez más a medida que se trepa el cerro. El casco de la estancia se pierde, la quebrada se hace más evidente y los cerros me envuelven. Es imposible no sentirse diminuto ante tanta inmensidad. La cabalgata culmina con la llegada a la cima del cerro El Pelao, a 2.600 metros sobre el nivel del mar, y en el cielo se ven sobrevolar unos cóndores.La vista, que es panorámica, se abre sobre el dique La Angostura -célebre por sus actividades deportivas- y el valle. Le pregunto a Hernán qué es lo que más le gusta de vivir aquí y responde, como buen hombre de campo, con un escueto: esto. No sé si se refiere a la montaña, la cabalgata o el paisaje. De todas maneras, pienso que es la única forma de poder resumirlo todo.
La estancia
Las Carreras es una estancia con historia. Una que se remonta a las misiones jesuitas y que continúa con la familia Frías Silva, dueña desde 1779 de estas tierras. Son 9 mil hectáreas de campo y de cerro. En el interior de la casona, que desde hace diez años funciona como hotel, todo rinde homenaje a ese pasado. Fotos antiguas, artículos periodísticos enmarcados, tapices, reliquias.
Hoy, Inés Frías Silva, a cargo de la hostería, forma parte de la décima generación familiar que ha trabajado este terruño. Inés exuda la sencillez y la camaradería franca propia del campo. No escatima en compartir anécdotas o recuerdos familiares con sus huéspedes y hacerlos sentir como en casa. "Cuando los jesuitas llegaron al valle lo encontraron prácticamente desierto y se enamoraron completamente" relata y basta mirar alrededor para creerlo. "Una de las cosas que más me gustaba cuando era chica, era escuchar los cuentos de mi abuela sobre sus venidas a caballo a Tafí. Me hubiera encantado vivir en aquella época. Imagino que el entorno debe haber sido igual al de hoy."
La quesería
La noche en Las Carreras termina temprano. A las 5 de la mañana se ordeñan las vacas y ya se da por comenzado el día. Aquí el dicho de "no por mucho madrugar amanece más temprano" simplemente no cuela. Algo más de 60 hormas de queso se producen por cada ordeñe en la quesería de Las Carreras, que es una fábrica artesanal. La receta es centenaria -como la estancia, como Tafí, como sus pircas- y fue introducida por los jesuitas en su paso por este territorio. Ellos fueron quienes trajeron, de la región española de La Mancha hasta Tafí del Valle, esta fórmula que se mantiene -con algunos cambios- hasta la actualidad. El queso manchego, por ejemplo, se fabrica a base de leche de oveja; el de Tafí, con leche de vaca, de variedades Holando y Jerseys principalmente.
“Mi abuela hacía queso. Ella tenía una vaquita criolla que daba dos litros y medio y después, cuando le contaban que habían vacas Holando que daban 15 ó 20 litros, no lo podía creer” recuerda Karina, a cargo de la visita guiada. Hoy los tafinistos expresan con orgullo que su queso es uno de los más antiguos e históricos de la Argentina. Este manjar se acompaña a la perfección con sabores dulces como el de la pera, la miel o el dulce de cayote.
La noche en Las Carreras también es silenciosa. Inés cuenta entre risas que hubo un huésped que se quejó de tanto silencio. Para gustos, colores; yo no veo las horas de mecer el sueño entre tanta quietud.
Aventura y rutas temáticas
Pensada como una villa de verano, Tafí del Valle ha sido la opción por excelencia de los tucumanos para escapar del calor. Sin embargo, desde hace unos años, el Valle se abre no sólo al turismo local sino también al nacional e internacional.
Hoy, su temporada de turismo se extiende más allá de los meses estivales y las propuestas de actividades se multiplican y contentan a todos los viajeros.
Así, existe la posibilidad de conocer el valle en bicicleta, a caballo o subido a un Unimog para experimentar adrenalina sin necesidad de poner en juego las destrezas físicas: una opción ideal para familias. Mientras, el dique La Angostura se convierte en el escenario de actividades acuáticas como el kite, yachting o la pesca deportiva de pejerrey.
Los recorridos temáticos son otra opción que se afianza. En este sentido, la Ruta del Artesano es una de las más elegidas y permite acercarse al trabajo de los lugareños. Un saber que se transmite de generación en generación y que abarca desde tejidos hasta trabajos en arcilla o delicias caseras.
Información
Cómo llegar
Aerolíneas Argentinas ofrece vuelos semanales con escala en Córdoba.
Dónde dormir
Estancia Las Carreras. Ubicada a 12 kilómetros del centro de Tafí del Valle, la Estancia Las Carreras posee diez habitaciones, todas decoradas con buen gusto y excelentes vistas. Hay dobles, triples y cuádruples.
Cada habitación cuenta con baño privado, wi fi, calefacción, televisión con cable, frigobar.
Ruta Provincial 325 Km 13. Tafí del Valle, Tucumán.
www.estancialascarreras.com
(03867) 421-800 o 421-473
info@estancialascarreras.com
Habitación doble con desayuno incluido desde U$S 90 (temporada baja), U$S 110 (temporada media) y U$S 130 (temporada alta). También existe la posibilidad de optar por una habitación con pensión completa.
Dónde comer
Los Alisos. Ruta Provincial 325 Km 13. Tafí del Valle, Tucumán.
A cargo de Luis García, el restaurante de la estancia ofrece cocina regional de vanguardia. La empanada con carne de llama ($ 15), el locro ($ 40) o los sorrentinos rellenos de manzana y quesillo ($ 120) son algunas de sus especialidades. Imperdible es el flan acompañado de dulce de leche casero. La carta de vinos se centra en bodegas de la región y la estancia cuenta con una línea de vinos propia.
Casa de Té Flor de Sauco. Galería Los Cuartos, Avenida Gobernador Critto, Tafí del Valle, Tucumán. Luna es el alma máter de esta casa de té que se especializa en pastelería artesanal. Sus raíces suizas –que le llegan por su papá- dicen presente en algunas recetas como la de su tarta de nueces aunque también se pueden probar dulces propios del norte, como la torta de capitas. Una parada obligada para golosos.
Además, Flor de Sauco cuenta con productos para celíacos y opciones saladas. Porciones de torta y/o tartas desde $ 45.
Qué hacer
La Quesería. Ruta Provincial 325 Km 13. Tafí del Valle, Tucumán. Se pueden realizar visitas guiadas a la fábrica y comprar quesos de algunas de las variedades que ofrecen: natural, orégano, pimienta negra, ají, páprika, de rallar o quesillo. La horma de 1 kilo, $ 170; horma de medio kilo, $ 120.
La Cumbre Excursiones. Avenida Presidente Perón 120. Daniel y Ramona son un matrimonio que desde hace varios años organizan excursiones temáticas, 4x4, cabalgatas, trekings, entre otras actividades. www.lacumbretafidelvalle.com
Qué comprar
Campo de Molino. Hace casi dos décadas, Roberto Zonca -un ingeniero rosarino- decidió dejar atrás el estrés de la ciudad e instalarse en Tafí del Valle.
Desde entonces produce dulces artesanales junto a su familia. Las variedades dependen de la época y las cosechas de cada año, aunque el de dulce de leche, el de arándanos y el de cayote, suelen ser una constante. Desde $ 45.
Los Suri. Macetas, ollas, cazuelas, adornos. Todo realizado en cerámica. Trabajos artesanales a precios más que accesibles. Se puede ver el taller, aprender acerca del proceso y ver los productos terminados.
Algunas particularidades
Clima. En verano las temperaturas máximas pueden ascender a 26º y durante el invierno a 16º. Las noches, en todas las estaciones, son frescas. Por lo tanto mejor llevar abrigo.
Jesuitas. Los monjes llegaron a Tafí del Valle en 1718 aunque en 1767 fueron expulsados por el rey Carlos III de España.
Fiesta popular. Cada febrero se lleva a cabo la Fiesta Nacional del Queso.
Nombre. Proviene del vocablo diaguita Taktillakta que significa "pueblo de entrada espléndida".