Opinión
¡Shhhhhh!
Procura que tus palabras sean más elocuentes que tu silencio. Es una expresión que le da valor al silencio como una postura inteligente en ciertos casos.
Se habla de “ruido de sables” cuando se produce malestar entre los miembros de las fuerzas armadas, como aviso de inminente rebelión.
“Quimera” es un “monstruo imaginario que vomitaba llamas y tenía cabeza de león, vientre de cabra y cola de dragón”. Por eso quimera quiere decir “aquello que se propone a la imaginación como verdadero sin serlo”.
Hay un sustantivo latino que está adaptado al español: se trata de “nomenclátor”, definido como “catálogo o lista de nombres propios o de voces técnicas de una ciencia o disciplina”.
A veces, un adjetivo hace hincapié en la debilidad de carácter y la identidad de la persona a la que se le atribuye esa cualidad queda absolutamente disminuida. Es el caso de “paparulo”, de “gil” y de “pelele”.
Metafóricamente, “almibarar” equivale a suavizar con arte y dulzura las palabras, normalmente para ganarse la voluntad de alguien y conseguir de él lo que se desea.
Cuando oímos “al pan pan y al vino vino”, estamos significando que algo se dice de forma directa, clara y sin rodeos.
Fueron llevados a las páginas académicas 2550 términos que no figuraban y hoy son aceptados como “finde” o “covid”, entre otros.
El órgano rector de la lengua castellana incorporó más de 2.500 términos, entre los que destacan aquellos que provienen del mundo de la medicina.
Siete de cada diez términos más utilizados por los más jóvenes argentinos derivan de inglés.
Entre nosotros, hay un término que no figura en el diccionario académico. Se trata de “nostalgioso”, presente en una zamba tradicional, que cantaba: “Nostalgiosa llevo el alma por las calles de la ciudad. Gusto a polvo mi silbido largo, suspirando zambas se me va”.