La embarcación ingresó al menos dos veces a la Zona Económica Exclusiva. Se trató de un operativo inhédito que contó con la intervención de distintas unidades de las Fuerzas Armadas.
Liu Zhijiang, dueño del barco que capturó de forma no autorizada toneladas de la especie protegida, aseguró que tenía licencia de pesca pero se la quitaron. Fue denunciado por tres compañías.
Las recámaras del Tai An fueron inspeccionadas por funcionarios de la subsecretaría de pesca y de la prefectura en el muelle del puerto de Ushuaia. Allí, los funcionarios descubrieron ejemplares jóvenes de entre 20 y 30 centímetros, cuya pesca está prohibida.
El barco Tai An es de una empresa argentina, pero de capitales asiáticos. Fue denunciada por no respetar las restricciones y su caso provocó dos renuncias en el Gobierno nacional.
Se trata de un funcionario de carrera que venía de la gestión de Alberto Fernández. Habría detectado un buque de capitales asiáticos depredando una zona protegida para merluza negra.
El hombre fue detenido en un puesto policial de San Carlos, con 135 piezas de Pejerrey y 2 cañas, pero sin permiso de pesca. El pescador fue imputado por el hecho.
El procedimiento fue resultado de tareas desarrolladas en cercanías al kilómetro 1490 del río Paraná, en un área denominada Júpiter, donde personal de la Fuerza detectó a un hombre que pescaba ilegalmente.
Aseguran que es la punta del iceberg de una situación gravísima que vive todo el Atlántico suroccidental con la pesca ilegal, no declarada, no reglamentada.
Esta “ciudad de las luces”, en el límite del Mar Argentino, está formada por buques extranjeros, sobre todo chinos, que depredan el calamar, que es el recurso pesquero más preciado que tienen las aguas del Atlántico Sur.
Hoy el mundo se enfrenta a grandes desafíos y los océanos, como fuentes de recursos de todo tipo y como reguladores del clima, se encuentran seriamente amenazados. El Mar Argentino es inmensamente rico en recursos alimenticios, buena parte de los cuales son depredados y robados por cientos de barcos extranjeras ilegales que se llevan esas capturas con total impunidad.
Aseguró que las cosas no sucedieron como dicen. “Quiero dejar en claro que yo no lo pesqué al delfín, el delfín se enanchó cuando ya estaba muerto. No me lo llevé como un trofeo porque lo enterré”, argumentó.
El conflicto entre Francia y Reino Unido por las licencias de pesca para franceses en aguas británicas se encuentra en una tensa calma.
Esto sucede en tanto Francia e Inglaterra se disputan licencias de pesca tras el “Brexit”.
La pesca de langostinos y otros productos en el Atlántico Sur de buques extranjeros y nacionales, no siempre ajustada a derecho la primera de ellas, deriva en voluminosos descartes de pescados sin interés comercial. El punto es que el aprovechamiento racional de estos recursos permitiría alimentar -con proteínas- a tres millones de niños y adolescentes durante todos los días del año.
La Corte Internacional de Justicia (CIJ) concedió a Somalia la soberanía de buena parte de una zona marítima del océano Índico, muy rica en peces y potencialmente en hidrocarburos, que también era reivindicada por Kenia.
La captura ilegal de riqueza ictícola que hacen barcos extranjeros en aguas del Atlántico Sur, sigue siendo un gravísimo problema sin solución, causante de grandes perjuicios económicos para el país.
Un periodista argentino sobrevoló la zona y mostró a través de un clip el suceso.
