Un instituto de la Pontificia Universidad Gregoriana reclama que las ONG de sobrevivientes de abusos eclesiásticos puedan controlar si la Iglesia combate con “Tolerancia cero” los casos de ataques sexuales del clero. El reclamo es conjunto con la ONG ECA, de la que es parte el abogado mendocino Sergio Salinas.
El abogado Sergio Salinas, quien acompaña a las víctimas del Próvolo en Mendoza, participó del encuentro donde por primera vez la Iglesia se comprometió a trabajar en “Tolerancia Cero” ante casos de abusos sexuales cometidos por religiosos. Diferencias entre este sector de la Iglesia y el Vaticano.
Los abusos de los que fueron víctimas niños y adolescentes sordomudos e hipoacúsicos, ocurrieron entre 2005 y 2016 en el instituto Antonio Próvolo, en la localidad mendocina de Luján de Cuyo.
Alejandro Iturbide, Fiscal Jefe, y Gonzalo Nazar, Fiscal Adjunto Penal, pidieron la anulación a la Suprema Corte de Justicia con intervención de sus siete miembros dada la trascendencia de los temas aludidos.
Los defensores de las nueve imputadas -entre monjas y trabajadores del instituto- pidieron la renuncia de los dos últimos fiscales de la causa que investiga abusos a alumnos. La querella adelantó que apelará la resolución ante la Suprema Corte de Justicia de Mendoza.
Tras el fallo que absolvió a las monjas Kumiko Kosaka y Asunción Martinez y a la ex representante legal del instituto Graciela Pascual, afuera del Polo Judicial de Mendoza se vivieron momentos de angustia y desazón.
La fiscalía había pedido para las tres imputadas, acusadas de participar en abusos contra niños entre 25 y 10 años de cárcel. Kumiko Kosaka, Asunción Martinez y Graciela Pascual, sobreseídas.
A las 8:30 del miércoles comenzará la última audiencia del segundo mega juicio por abusos en el instituto religioso, que culminará con la sentencia. El mayor pedido de condena es para la monja Kosaka, para quien solicitaron 25 años de cárcel. Las víctimas piden estar presentes en la sala durante la última jornada.
Referentes de la ONG ECA Global expusieron ante autoridades de la Corte Penal Internacional sobre el caso de abuso eclesiástico por el que ya fueron condenados dos curas en Mendoza. Pidieron que se lo considere un crimen de Lesa Humanidad y volvieron a reclamar colaboración a la Iglesia.
El 18 de octubre se conocerá la sentencia en el segundo mega juicio por abusos sexuales en el instituto religioso Antonio Próvolo (Luján de Cuyo). A 4 años de la condena a dos curas y otros trabajadores en los primeros juicios, aún no culmina la investigación de la Iglesia. La ONG ECA estrenó un documental donde se evidencia la poca colaboración de la institución y del Papa Francisco.
Sólo resta la audiencia de la “última palabra” para las imputadas, y luego será el momento de la sentencia. El abogado Sergio Salinas, quien representa a las víctimas, viajará al Vaticano para rechazar el nombramiento en la Santa Sede de un cura argentino acusado de encubridor de otros abusos.
Los letrados insistieron en la inocencia de las religiosas imputadas por abusos sexuales a niños sordos en el instituto religioso. Además, denunciaron a peritos, intérpretes, abogados y víctimas por falso testimonio y manipular pruebas.
En total, son 9 las mujeres imputadas en este juicio por los abusos sexuales a niños y niñas en el instituto religioso. Los pedidos de pena más duros recaen sobre la monja Kosaka (25 años de prisión), la ex reprersentante legal, Graciela Pascual (18 años) y la otra monja, Asunción Martínez (10 años).
Los argumentos de los defensores de ocho acusadas se presentarán desde este miércoles. La fiscalía pidió 18 años de prisión para la exrepresentante legal, Graciela Pascual, y 10 años de cárcel para la monja Asunción Martínez.
Además del pedido de cárcel a Graciela Pascual también se solicitó 10 años de prisión para la monja Asunción Martínez. Fueron imputadas por omisión de prestar auxilio a las víctimas y encubrimiento de los abusos.
El fiscal y los abogados de las víctimas pidieron una pena de 25 años de cárcel y 10 de inhabilitación para la monja japonesa, imputada como autora de un abuso y como encubridora de otros cometidos por 2 curas y otros 2 ex empleados. La defensa de Kumiko Kosaka pidió la absolución y atacó duramente al fiscal. Este último pidió que se respeten a las víctimas. Cómo sigue el juicio.
Según denuncian desde el entorno de los y las denunciantes en el juicio por los abusos a chicos y chicas sordas en el instituto Próvolo, la defensa de la monja Kosaka los acusa de mentirosos y de inventar los episodios para perjudicar a la religiosa. La mujer está imputada como autora y encubridora de abusos.
La monja Kumiko Kosaka está imputada como autora y partícipe de abusos sexuales contra chicos sordos y chicas sordas en el instituto religioso mendocino. Hace un par de semanas el fiscal pidió 25 años de prisión para ella en el juicio. Antes de iniciar su exposición, el abogado de Kosaka insistió en su inocencia con un llamativo video viralizado vía WhatsApp.
La Fiscalía solicitó al tribunal una dura condena contra la monja imputada como abusadora y encubridora de ataques sexuales. La semana que viene será el turno de los abogados de las víctimas quienes, se cree, pedirán una pena similar. Enojo de los abogados de las monjas.
El segundo de los juicios por abusos sexuales a niños sordos y niñas sordas del instituto religioso se encuentra en su etapa de alegatos para definir el destino de 9 imputadas. En el la sala del Polo Judicial donde transcurre, abogados y fiscales se encargan de pagar la renovación del bidón.
En junio de 2017, contó que el padre de un alumno denunció en el instituto que su hijo había sido abusado. En 2008, la ex representante legal agregó que el hombre sacó un puñado de balas para amenazar al abusador, hoy condenado. Además, los investigadores del Vaticano habían recomendado dimitir al sacerdote.
La religiosa japonesa Kumiko Kosaka (48) está imputada como autora de abuso sexual grave en el Próvolo mendocino, entre otros delitos. La pena máxima para este delito es de 50 años. Hoy comienzan los alegatos en el juicio que, además, tiene a otras 8 ex trabajadoras como acusadas.
