Tener un perro en casa no es una decisión sencilla. Al comienzo todo es alegría y entusiasmo, pero a medida que el animal crece, el tiempo que dedicamos a nuestra mascota es acotado y la falta de espacio puede resultar un inconveniente para los dueños.
Estos motivos, ¿pueden ser una causa de sufrimiento para el animal? ¿Debemos darlo en adopción? Esta pregunta es recurrente y suele alborotar la dinámica familiar. Por eso, informarnos sobre el tema puede aliviar y dar solución al problema.
- Los perros ¿sufren la falta de espacio y atención?
"No debemos hablar de sufrimiento animal, si no que tenemos que hablar de las necesidades comportamentales básicas que el perro tiene que satisfacer para tener una buena calidad de vida. Si esas necesidades no se cumplen, el perro se frustra, se estresa y es un motivo de preocupación para los dueños", apunta la veterinaria etóloga Gabriela Quesada.
La relación de la mascota con su entorno es fundamental para el equilibrio del animal. No se puede pensar en tener un perro aislado, sin un vínculo cotidiano tanto con otros animales, como con los seres humanos.
“Los perros psicológicamente están organizados para convivir, por eso la atención del amo es primordial y tener un momento de juego con animal al día es suficiente. También hay que pensar en un paseo diario, que es el comportamiento de exploración necesario para su calidad de vida. Y en cuanto al espacio podemos enriquecer el ambiente para que el perro se sienta cómodo, sumando objetos para que juegue y no se aburra. Si se aburre, seguramente empiece a romper lo que encuentre a su paso”.
El espacio y sus limitaciones
Siempre que pensamos en tener una mascota, el espacio físico del hogar es un punto a tener en cuenta. Pero no por mayor espacio el perro estará más cómodo. Todo dependerá de su actividad.
“El perro se adapta al espacio que tiene. Solo debemos procurar que haga el ejercicio físico mínimo para mantenerse, que tenga un lugar para acostarse y caminar un poco, que tenga su lugar para defecar, para que tome agua y que no sea un espacio monótono. Por eso la importancia de enriquecerlo con objetos para la mascota. Podemos tener un parque enorme, pero un perro aburrido porque no tiene atención, ni interacción con el entorno”.
La adopción, un camino evitable
Regalar un perro que criamos por un largo tiempo es una situación traumática tanto para los dueños como para el animal.
Por eso, los cambios de conducta y comportamiento de la mascota son alarmas para hacer una consulta al especialista y evitar que la situación se vaya de las manos.
“Si pensamos en regalar una mascota por falta de tiempo, lugar o su comportamiento, lo primero que tenemos que hacer es una consulta el veterinario etólogo, porque la situación se puede revertir con los puntos que ya mencionamos. Por lo general los procesos de adopción se dan cuando el perro tiene un problema de conducta. Y en ese traspaso es conveniente hacerlo junto con el etólogo, porque el animal puede sufrir un trastorno de temperamento”, sostiene la especialista.
Solo es cuestión de organizarse en la rutina, tener voluntad para darle la mínima atención al animal y adecuar el espacio físico para que tu perro tenga una vida panza arriba.
Consejos
- Enriquecer el espacio cotidiano del animal con objetos llamativos para él.
- Un pequeño paseo diario por el exterior para estimular la exploración.
- Procurar la comodidad del animal en los espacios pequeños.
- Propiciar el movimiento del animal.
- Momentos de sociabilización con otros animales y sus dueños.
- Consultas regulares al veterinario.
