Finalmente, luego de varias idas y vueltas, la Conmebol confirmó la suspensión del partido de vuelta de la final de la Copa Libertadores entre River y Boca por los incidentes que se llevaron a cabo antes del partido, cuando los hinchas de River agredieron al colectivo que trasladaba al plantel de Boca, y también por los enfrentamientos entre hinchas de River y la policía.
Tras una reunión entre los dirigentes de River, Boca y la Conmebol, donde también participó el presidente de la FIFA, Gianni Infantino, confirmaron que el partido se jugará el domingo a las 17.
Luego de la reunión la entidad se especuló con que el partido se jugaría porque había jugadores lesionados, pero que el cuerpo médico de la Conmebol no había podido constatar, lo cual fue aclarado en una nota: "la cual (las lesiones) no se pudo confirmar por nuestro cuerpo médico. Debido a ésta situación, consideramos que desde el punto de vista médico no existe una causal para la suspensión del encuentro".
Tras concretar la suspensión, Alejandro Domínguez, presidente de la Conmebol, confirmó: "hay un acuerdo de ambos clubes, un pacto de caballeros, de que esto no se puede jugar. Se ha desnaturalizado. Se pasó para mañana con público. Quiero felicitar a ambos presidentes porque fue un pacto de caballeros. Esto es futbol, no es una guerra. Ninguno de los dos equpos quiere jugar y la organización está para acompañar no para exigir. No es una cuestión que uno puede tomar una desición inmediata, hay que seguir un protocolo".
En la previa de la superfinal por la Copa Libertadores, los jugadores de Boca arribaron al Monumental en medio de incidentes porque les arrojaron gas pimienta y hasta hubo roturas en algunos vidrios del colectivo que los trasladaba. Hay riesgo de suspensión y parece muy difícil que el partido comience a las 17.
César Martucci, dirigente de Boca, detalló que los gases que afectaron al plantel provinieron de la Policía, que intentaba disuadir a hinchas de River que atacaron el micro.
"La seguridad fue desbordada y tuvieron que lanzar gas lacrimógeno", dijo Martucci en Fox Sports. Darío "Pipa" Benedetto se mostró molesto por lo aplicado por la Policía, tal como se aprecia en el video.
Según Clarín, seis jugadores de Boca vomitaron y quedaron tirados en la antesala el vestuario: Carlos Tévez, Fernando Gago, Julio Buffarini, Agustín Almendra, Nahitán Nandez y Darío Benedetto.
Por la gravedad del incidente, el presidente de River, Rodolfo D'Onofrio, asistió al vestuario de Boca para ponerse al tanto de la situación.
"Los jugadores están todos heridos", aseguró, por su parte, Christian Gribaudo, secretario general de Boca Juniors.
D'Onofrio; su par de Boca, Daniel Angelici, y el titular de la Conmebol, el paraguayo Alejandro Domínguez, permanecían reunidos en una oficina del estadio Monumental tras la agresión de hinchas de River a jugadores de Boca en la previa de la superfinal revancha de la Copa Libertadores.
Según las imágenes de televisión de varios canales deportivos, el colectivo ingresó al escenario con varios vidrios laterales rotos y los jugadores, una vez descendieron, iban tosiendo y con los ojos llorosos por efecto de los gases.
El micro de Boca llegó por avenida del Libertador y allí se encontró con el público local, que arrojó diferentes elementos contundentes contra los vidrios y los rompieron, a la vez que las fuerzas de seguridad reprimieron a los simpatizantes con gases, que afectó a los futbolistas visitantes.