Esta noche, el punk y el reggae de antaño tendrán una celebración especial con el regreso de Todos Tus Muertos a Mendoza. Con la vuelta oficial en 2016 (celebrada en un show en el teatro La Cúpula de Santiago de Chile, al que se sumó al día siguiente otro en la edición del festival Lollapalooza de ese país) la banda comenzaba a transitar un nuevo camino en su historia de más de tres décadas de música. Hoy en la Cervecería 23 Ríos (Boedo y Acceso Sur, Luján de Cuyo) y, junto al músico local Hugo Lobo, harán rugir sus canciones consagratorias.
La banda fue mutando a lo largo de los años en su formación pero conservando siempre su energía y sus ganas de tocar. Actualmente el grupo está constituido por la dupla de voces de Fidel Nadal y Pablo Molina, Germán Álvarez en teclado y coros y Félix Gutiérrez con el bajo y los coros. Además en esta versión de regreso, cuenta con músicos invitados por Nadal en otros instrumentos: Maximiliano Lazbal en la batería y Ricardo Sanguinetti en guitarra.
En treinta años de historia, TTM ha sido parte de grandes cambios culturales, más allá de sus "recesos" por separado. Comenzando en la dictadura y continuando en una era moderna y tecnológica, Félix Gutiérrez cuenta cómo se sienten esos cambios en las distintas partes del mundo donde han tenido la suerte de tocar: "Me ha tocado viajar
mucho por tocar por otros países, es el plan no turístico. Conocés otra parte de esos lugares que no son esa parte. Argentina no es tan conservadora como Europa y Latinoamérica; en general es mucho más efímera. Es raro que un lugar dure muchos años, igual hay ejemplos de lugares que han durado más de 20 o 30 años. Pero por ejemplo, un emblema de Buenos Aires como fue Cemento, hoy en día es una playa de estacionamiento. Y hay gente que busca en esa metáfora explicar un poco el valor que nosotros le damos a esas cosas".
Sigue: "El valor que le damos a la cultura se muestra en cómo conservamos hoy en día nuestros patrimonios. Por ejemplo, en Europa la parte del casco antiguo de las ciudades está intacta y se construye alrededor, hay mucho espacio. Entienden esa parte, que todavía nosotros no, que pasamos por arriba de todo pensando que el progreso y la renovación es lo único que importa. No tanto la raíz, quienes empezaron poblando esta tierra. Con respecto a la cultura y al rock, es muy raro ver lugares que duren tanto”.
La decisión de volver al ruedo los llevó a más escenarios de los que pensaron. Visitando ciudades, participando de festivales y cruzándose al viejo continente, Todos Tus Muertos demuestran que su música ha trascendido épocas: “Personalmente, pensaba que íbamos a hacer poquitos shows, que la vuelta iba a ser algo más chiquito. Al final se fue llevando y ya hicimos entre ciento cincuenta y doscientos shows en todos lados. Fuimos a muchos lugares que ya habíamos visitado de Sudamérica. Volvimos a México, Estados Unidos y también a Europa, y la verdad es que me gusta mucho poder tocar y ver cómo está todo ahora y compararlo con el pasado" .
"Cuando empezamos a salir a tocar en los noventa (si bien empezamos a tocar en 1985) pasamos mucho tiempo en Buenos Aires. Casi diez años. Me encanta tocar donde sea que voy, por esa visión que tengo de querer conocer y descubrir cosas en todos los lugares”, admite el bajista.
La música de TTM, si bien estuvo iniciada en una ola punk emergente de la argentina dictatorial, fue tomando tintes cercanos al reggae y al rock clásico, signado siempre por la demanda social. Con el tiempo, las formas de componer pueden variar y más aun con el surgimiento de nuevas tecnologías.
Félix aclara que mantienen una dinámica propia y creativa, de cara al nuevo material que ya está en proceso: "Ahora recién empezamos a hacer unos temas nuevos y a grabarlos. Hasta ahora solo era tocar las canciones y discos que grabamos antes. Tenemos un montón de material, pero queremos empezar a hacer cosas nuevas. Nunca tuvimos una receta ni un método, siempre fue distinto. Hay muchos grupos que lo tienen, y está buenísimo, siempre flasheo con eso. Dicen que tienen que grabar un disco y alquilan una casa en el medio de la nada y en un mes sacan un disco. Muchos los hicieron así y les resultó y alguna vez me gustaría intentarlo. Nosotros tenemos otro método que no tiene ninguna regla, ningún parámetro. Siempre tuvimos dinámica creativa distinta, es
también un poco el arte colectivo, porque interviene mucha gente en el proceso".
-¿Cómo continúa el momento de encontrarte con el público, después de tantos años?
-En cada lugar es una respuesta diferente de la gente. Hay algunos que no entienden el idioma, nos ha pasado mucho. Siempre tenés una reacción diferente, incluso en Latinoamérica. En Europa hemos tocado en lugares chicos, por ejemplo, donde la gente recibe el calor y se genera una conexión grande. Cada lugar es distinto, pero
también depende mucho cómo estés vos. Pero cuando logramos conectar con la música y con la gente se establece una circulación de energía fuerte, que es lo que nosotros buscamos.
-En más de 30 años de composición y muchas giras, ¿qué es lo primero que se te viene a la cabeza cuando te ponés a recordar?
-Es raro porque se me viene una película rebobinada muy rápido como cuando lo hacíamos antes, se me viene todo eso. Empecé muy de chico a tocar con Gamexame (Horacio Villafañe), en la escuela. Nos juntábamos los fines de semana entre cuatro con una botella de cerveza a hacer ruido. Éramos realmente horripilantes, pero ahí empezó todo. Lo bueno es que a nosotros no nos importaba, queríamos nada más que desahogarnos en una época muy aburrida. Te estoy hablando de antes que termine la dictadura, una época de represión donde no se podía hacer nada, no podías ni andar por la calle. Entonces nos juntábamos en alguna casa, de quien fuese, con un grupo que se llamaba Los Laxantes, que era una banda así bien de colegio, un poco influenciada por todos los grupos punk y new wave de esa época. Eso es lo primero que se me viene la cabeza, porque yo era muy chico, tendría catorce o quince años.
Durante esta semana, la “mini gira” se completa con una presentación la provincia de San Luis y después cruzarán la cordillera para presentarse en las ciudades chilenas de Valparaíso y Santiago. Así, Félix y compañía siguen atravesando fronteras y límites.
A ellos se les sumará, en 23 Ríos, el trompetista líder de Dancing Mood Hugo Lobo, que estará presentando su nuevo disco solista “Neigborhood Rules” junto a su "backing band" de músicos locales.