Podía ser una tarde especial. Es que a la Lepra se le habían dado los resultados como para poder sacar un poco más la cabeza de la zona roja de la tabla de los promedios.
Las derrotas de Nueva Chicago, Mitre de Santiago y Juventud Unida de Gualeguaychú, le dejaban al azul una jornada para relamerse y sacar diferencias en el tramo final del torneo. Pero no pudo ser. Por impericia propia, sin dudas, pero también por decisiones arbitrales, que realmente lo perjudicaron.
Es cierto que Independiente ayer careció de ideas para poder romper una defensa que tuvo hasta línea de cinco por momentos. Era sabido que Deportivo Riestra iba a venir al Gargantini en busca de cuidar su arco. Con tres defensores que parecen jugadores de basquet, la Lepra perdió una vía para llegar a marcar: los centros al punto del penal.
Las tres ocasiones que llevaron algo de peligro en los primeros 45 minutos fueron de la Lepra que, en los primeros minutos, perdió a Gissi que era el único que por su altura podía llegar a superar a las torres de Riestra.
Es más la primera clara fue justamente un cabezazo del delantero leproso que terminó pegando en el travesaño.
El Azul probó mucho con José Méndez por la derecha, pero el “Loquillo” nunca pudo superar la marca del colombiano Yeison Murillo.
Tan controlado tenía todo la visita a medida que iba pasando el tiempo, que al Azul sólo le quedó probar con remates desde afuera que no tuvieron el objetivo deseado.
En la segunda parte, el conjunto de Jorge Benítez se animó un poco más. Primero fue Mauricio Fernández el que remató ante la salida de Aracena y la pelota se fue cerca del palo izquierdo del “Pity” y prendió una alarma en la última línea leprosa. En el segundo avance de la visita, llegó el gol de Bravo, luego de una serie de rebotes en el área azul.
Si la idea de Riestra era buscar un punto ayer en el Gargantini, después del gol se replegó y hasta llegó a formar un 5-4-1. A la falta de ideas para llegar del Azul, se sumó la desesperación para buscar el empate y todo se hizo desprolijo. Sin embargo, la Lepra marcó un gol legítimo tras un doble cabezazo en el área.
Primero Strahman y al gol Rodríguez, Castro lo cobró, pero Rubén Bustos -todavía nadie sabe que vio- levantó su bandera. Increíble. Un robo porque no hubo nada para anular el gol. La Lepra intentó, pero no pudo, porque no anduvo bien, pero el triunfo visitante le quedó grande al desarrollo.