Hace una década al sur de Mendoza, en la puerta norte de la Patagonia, abría las puertas el primer planetario fijo digital de la Argentina. Un sueño se volvía real y Malargüe comenzaba a hacer historia en el campo de la divulgación científica.
Desde sus comienzos el arte de innovar fue la premisa. La impactante arquitectura constituida por cuatro edificios fue diseñada por un estudio mendocino e inspirada en las faraónicas formas del antiguo Egipto. Cabe destacar que se reciclaron antiguos galpones municipales aprovechando al máximo las estructuras existentes.
Tours interactivos
Bajo la imponente pirámide se montó un domo de diez metros de diámetro, un sistema de proyección digital de 4k, iluminación led y sonido surround 5.1, todo manufacturado por una destacada empresa norteamericana. En los comienzos se exhibían las producciones más destacadas del mercado y se complementaban con tours interactivos por el universo. Esto le otorgaba un plus ya que el visitante podía adquirir conocimientos a medida y entretenimiento de un gran impacto visual.
En 2012 se soñó más en grande y mediante un convenio de coproducción con la Universidad Nacional de Chilecito, La Rioja, y la colaboración de otro gran orgullo de la región, el Observatorio de Rayos Cósmicos Pierre Auger, se realizó la primera producción audiovisual fulldome (películas panorámicas en 360°) de la Argentina: Rayos Cósmicos. Un documental que tuvo gran aceptación en el público que visitaba el Planetario Malargüe y que se exportó a planetarios de Estados Unidos, México y Colombia entre otros destinos.
En el marco del año internacional de la luz, en 2015, se repitió la fórmula, también los actores detrás de las cámaras pero con un proyecto más ambicioso: la transmedia educativa "Viajeros de la Luz". Una ficción donde convivían los mayores personajes de la ciencia en materia de luz, en formato fulldome 4k, pero complementada con 4 capítulos documentales para tv, material gráfico para docentes y otros agregados. Productos que a través de la Unión Astronómica Internacional y el Observatorio Europeo Austral serán distribuidos a cientos de planetarios de todo el mundo.
Pero, como en toda historia, también hubo un lado opaco… En 2017, por cuestiones lógicas del desgaste producido por el paso del tiempo, el sistema de proyección dejó de funcionar. Reemplazarlo implicaba una inversión muy costosa e imposible de asumir. La solución fue recurrir nuevamente a la innovación. Una firma mendocina ideó un sistema nuevo de proyección que ofrecía similares prestaciones pero a un costo ínfimo.
Desde entonces a la fecha, se está utilizando, se sigue mejorando e incluso ha abierto las puertas a contenidos más flexibles y dinámicos.
Si bien el domo, la proyección, son las vedettes de este centro de divulgación, hay otras actividades que hacen más rica la estadía en el planetario, como las visitas guiadas a través de tres relojes solares, el trabajo en escuelas, una revista digital y un museo de ciencias. Este espacio se está transformando gracias a que se logró ganar una convocatoria a nivel nacional y acceder a un financiamiento del estado. Próximamente será reinaugurado con muestras de alto contenido tecnológico.
Pasaron 10 años, muchas personas y diversas gestiones, pero el Planetario Malargüe sigue vigente gracias a que nunca perdió su Sur: transmitir conocimiento priorizando la innovación y trabajando con pasión.