El ex directivo de Pescarmona, hoy libre por falta de pruebas, reconoció haber pagado coimas. Sus asesores explicaron la situación en la que se encuentra actualmente el mendocino y qué seguirá.
Francisco Rubén Valenti ya no deberá responder por la causa de los "cuadernos de la corrupción", en la que se investiga el supuesto pago de coimas por parte de empresarios a funcionarios del gobierno kirchnerista para ser incluidos en la obra pública. El juez Claudio Bonadio dictó la falta de mérito en su favor y ha vuelto a trabajar en los negocios de su familia, dedicada a la gastronomía y a las artes.
Sus asesores se refirieron a la situación de quien fuera el ex director de Industrias Metalúrgicas Pescarmona y explicaron que el ingeniero ya quedó liberado de la causa.
"El juez Bonadío dictó el lunes en su resolución la falta de mérito para Rubén (Valenti), consecuentemente, él queda liberado porque con los elementos de prueba que existen actualmente no es factible establecer una responsabilidad penal sobre él. Con lo cual queda liberado", explicaron.
Igualmente, los 25 días que estuvo preso, imputado como partícipe de la asociación ilícita comandada por Cristina Fernández, resultaron llamativos para los letrados, considerando que Enrique Pescarmona, titular de la firma en los años en los que habrían tenido lugar las operaciones por las que hoy está procesado, nunca fue detenido.
“Los tiempos procesales los manejó el juez Bonadío, en una causa compleja y voluminosa, y él tomó las decisiones, en cuanto las consideró adecuadas”, explicaron.
El 4 de agosto Rubén Valenti fue detenido, cuando retornaba con su familia de un viaje en el exterior, y el 31 de agosto fue ordenada su liberación, luego de que se firmara un acuerdo de colaboración por su parte, bajo la figura de "arrepentido".
En su primera declaración ante el juez Bonadío, sólo se refirió a las "presiones que recibían" durante el Gobierno de Kirchner, pero había negado el pago de coimas.
"Ahora observo con mucha indignación que se me acusa de integrar una asociación ilícita con Julio De Vido y otros, un absurdo que se me asocie con quienes me destruyeron a mí y a la empresa en la que trabajé con pasión toda mi vida", indicó ante el juez. Luego reconocería haber cedido a dichas presiones.
La declaración de Valenti
"Yo fui funcionario de IMPSA por más de cuarenta años, escalé posiciones en la empresa y cuando era Gerente de Ingeniería en el año 1985 fui destinado a Asia. Allí viví nueve años sin mi familia", declaró el mendocino ante el juez y detalló las inversiones exitosas que pudo realizar allí, en países en los que pudo dirigir "proyectos, obras y contratos", y adquirir experiencia que más tarde aplicaría en Argentina.
En su primera declaración ante el juez consideró "un absurdo" que se lo asociara con quienes lo destruyeron a él y a la empresa en la que trabajó "con pasión" toda su vida. "Niego haber pagado sumas de dinero. El objetivo de la presión era que entregáramos la empresa", dijo.
Más tarde, y ya como arrepentido, el ingeniero sumó declaraciones y contó hechos ocurridos entre los años 2006 y 2014, cuando "la compañía había sido sometida a presiones, un plan sistemático destinado a apropiarse de parte del paquete accionario de la empresa a través de la incorporación de un socio, una suerte de testaferro".
Valenti reconoció que en esos años realizó pagos y describió la operatoria: "Baratta me llamaba antes al celular... me preguntaba si estaba la plata y combinábamos una reunión en el Hotel. Algunos fueron a la noche, otras a la tardecita, era en distintos horarios... no tengo claro cuántos pagos fueron, fueron fraccionados, pienso que lo máximo fueron 200 mil dólares por cada oportunidad. Baratta recibía el dinero, nunca lo contó".
En la resolución del juez, los propios empresarios reconocieron haber efectuado pagos por sumas millonarias, que en el caso de Valenti y Pescarmona, rondan los 1.800.000 dólares. "Esos montos, sumados a los indicados por Centeno (el chofer de Baratta que registró todo en sus cuadernos, dando origen a la causa), permiten afirmar que el flujo de dinero que circuló dentro de esta organización delictiva asciende a una suma aproximada a los 100 millones de dólares estadounidenses", agrega.
No obstante, Enrique Pescarmona, se reconoció como el verdadero responsable de que Valenti tuviera que ceder a las presiones, situación que terminó por "restarle mérito" como para ser incluido en el resto del proceso legal.
"Respecto a la responsabilidad de Francisco Rubén Valenti, si bien se determinó que entregaron dinero (junto a otros empresarios mencionados en la causa) a funcionarios del ex Ministerio de Planificación Federal, estas entregas fueron realizadas por pedido de sus superiores jerárquicos... por lo expuesto, hasta el momento no surge con claridad el alcance de sus participaciones en las respectivas empresas que prestaban funcionales y por lo tanto en la maniobra delictiva cuestionada", se aclara en la causa.
Esto último motivó que Valenti quedara en una situación "intermedia entre el sobreseimiento definitivo y el procesamiento", que fue la "falta de mérito".
En cuanto a Pescarmona, los asesores de Valenti, que también representan al empresario y a su familia, explicaron que "está procesado", pero no pudieron adelantar mucho más ya que afirmaron que "los tiempos (para llegar a una resolución y conocer el destino del empresario) los manejará el juez".