Para las vacaciones de invierno o para cualquier otro momento del año, aquí ofrecemos 6 itinerarios posibles para quienes tienen ganas de salir a la ruta y disfrutar los paisajes naturales y urbanos de la Argentina.
1. Una vuelta por las sierras bonaerenses
La combinación de llanura con sierras y lagunas se puede abordar transitando las rutas 3 y 30 en dirección al sudoeste de la provincia de Buenos Aires o apuntar hacia el noroeste desde Mar del Plata por la avenida Luro y la ruta 226.
En la primera opción, la serranía se empieza a detectar en el horizonte antes de llegar a Tandil, el destino que ofrece la más completa gama de alojamientos, gastronomía y recreación en este circuito. La ciudad es famosa por sus sabores regionales (especialmente los embutidos y los quesos), las actividades de aventura, los deportes extremos, el casco histórico que rodea la plaza Independencia y el turismo religioso.
En el sinuoso trayecto de Tandil a Mar del Plata por la ruta 226, Balcarce atrae con las propuestas de cabalgata y trekking sobre la ladera de la sierra La Barrosa y la visita al Museo del Automovilismo Juan Manuel Fangio. Hacia el sur de la cuna del quíntuple campeón de Fórmula 1, la ruta se transforma en una espectacular autovía con pendientes y curvas trazadas sobre la geografía ondulada.
A un costado, la laguna Brava sugiere descanso, picnic y buena pesca.
Esa reparadora postal bucólica resurge en los faldeos de Sierra de los Padres y entre los senderos trazados en medio del bosque que rodea Laguna de los Padres.
Otras perspectivas ofrecen las Sierras Bayas, cerca de Azul y Olavarría -vinculados por la ruta 226-, donde se fomentan los circuitos guiados por antiguos hornos y yacimientos de piedra.
Desde aquí, las rutas 51 y 76 conducen hasta el collar de pintorescos pueblos de la Comarca Turística Sierra de la Ventana: Villa Ventana, Sierra de la Ventana, Saldungaray, Villa Arcadia y La Gruta -además de la localidad cabecera del partido de Tornquist- cuentan con restaurantes, cabañas, hoteles, hosterías, casas de alquiler y campings.
2. Bellas postales del Litoral por la ruta 14
El mejor punto final del extenso itinerario de la ruta 14, desde el sur de Entre Ríos hasta Misiones, es el Parque Nacional Iguazú, con un último tramo, desde Dos de Mayo, completado por las rutas 11 y 12. Pero, para que ese agotador trayecto de 1.127 kilómetros desde Ceibas no resulte agotador, es conveniente elegir una o más escalas a la vera del río Uruguay en Entre Ríos y Corrientes.
En Gualeguaychú se inicia el circuito termal desplegado sobre la costa este mesopotámica, que tiene continuidad en Concepción del Uruguay, Colón, San José, Villa Elisa, Concordia, Federación, Chajarí y Monte Caseros.
Otra buena opción de descanso la proporciona el circuito de estancias que pertenecieron a Justo José de Urquiza, coronado por el suntuoso Palacio San José. Cerca de Colón, un desvío de 20 kilómetros por la ruta 130 desemboca en Villa Elisa ("La ciudad jardín de Entre Ríos"), que, además de un complejo termal, cuenta con el entretenido y didáctico viaje en un tren histórico. Unos 50 kilómetros al norte, el típico paisaje de lomadas de Entre Ríos se recubre con los tupidos montes de palmeras del Parque Nacional El Palmar, ideal para desandar a pie o a caballo.
La autovía de doble carril por mano de la ruta 14 muta en la antigua traza angosta en los alrededores de Paso de los Libres. Una de las escalas imperdibles en el litoral correntino es Yapeyú, donde se conservan los cimientos de la casa natal del general José de San Martín. Poco antes de llegar al territorio misionero se empiezan a detectar los restos de las misiones jesuíticas. En Gobernador Virasoro, la finca Las Marías organiza visitas guiadas a sus plantaciones de yerba y té y a los sectores de secado y producción.
Los establecimientos yerbateros se multiplican sobre la tierra colorada de Misiones y en Oberá -un polo multicultural conformado por el aporte de los inmigrantes y las comunidades originarias tupí guaraní- también empieza a vislumbrarse el perfil de la selva paranaense y saltos de agua ocultos entre la vegetación (como Berrondo, Chavez, Salto del Olvido y, cerca de Aristóbulo del Valle, Salto Encantado) que anticipan el espectáculo natural de Cataratas del Iguazú.
3. San Juan y Mendoza de norte a sur
La legendaria traza de la ruta 40 permite realizar un muy completo recorrido de norte a sur (o a la inversa) por los principales atractivos cuyanos que ofrecen San Juan y Mendoza. Esta fascinante aventura de más de 700 kilómetros puede empezar cerca del límite que comparten San Juan y La Rioja.
San José de Jáchal puede ser la mejor base para recorrer el poco conocido (aunque muy interesante) Circuito de los Antiguos Molinos Harineros, centenarias reliquias construidas en madera y muy bien preservadas Cerca de este pueblo se puede disfrutar de un baño termal en Pismanta y apreciar los impactantes paisajes del dique Cuesta del Viento.
El camino apunta hacia el sur por la serranía del Morado y llega a la ciudad de San Juan, punto de partida de la primera Ruta del Vino a recorrer en la región.
La capital sanjuanina también alberga la casa natal del ex presidente Domingo Faustino Sarmiento. Pocos kilómetros al oeste se puede visitar una cava de espumantes construida bajo la montaña de El Zonda, el Parque Cantoni y el embalse de Ullum, rodeado de hoteles y restaurantes, bases de la amplia gama de actividades de turismo aventura.
Más al sur, antes de dejarse llevar por el paisaje de alamedas, acequias y amplios parques de la ciudad de Mendoza conviene tomar un desvío por las rutas 30 y 52 en la zona de Las Heras para recorrer el bosque en altura que circunda el histórico hotel Villavicencio. En el corazón de la capital seducen el Parque General San Martín, los restaurantes, pubs y cafeterías de las avenidas Colón y Arístides Villanueva, la admirable obra de recuperación del Área Fundacional y la Ruta del Vino.
4. Lagos, bosques y esquí en la Patagonia
Los lagos Huechulafquen, Epulafquen, Currhue y Currhue Chico, a los pies del volcán Lanín, en Neuquén, dan la bienvenida a este recorrido por una de las regiones más espectaculares de la Argentina.
De Junín de los Andes hacia el sur, la ruta 40 desciende de la meseta hasta San Martín de los Andes, a orillas del lago Lácar. Allí encontrará el primer centro de esquí del recorrido: Chapelco, por si quiere probar suerte deslizándose sobre la nieve.
Siguiendo hacia el sur comienza la famosa Ruta de los 7 Lagos, que serpentea desde el Lácar hasta el Nahuel Huapi, pasando por Meliquina, Machónico, Hermoso, Falkner, Villarino, Correntoso, Espejo Chico y Espejo Grande. Luego, la bellísima Villa La Angostura, el Parque Nacional Arrayanes y otro centro de esquí: Cerro Bayo, y hacia el sur por la orilla del Nahuel Huapi hasta Bariloche.
De Bariloche hacia el sur, siguen los lagos: Gutiérrez, Mascardi, Guillelmo, y luego unos km hasta El Bolsón, donde vale la pena tomarse un tiempito para recorrer la feria de la plaza Pagano, el bosque tallado en las laderas del cerro Piltriquitrón y, si no probó suerte antes, hacer 25 km hasta el cerro Perito Moreno, un pequeño centro de esquí que está creciendo rápido y este año inaugura su primera telesilla. Desde El Bolsón puede tomar la ruta 16 y visitar el lago Puelo, y luego seguir al sur por la 40 para pasar por El Hoyo -Capital Nacional de la Fruta Fina- y Epuyén.
5. Por los valles y quebradas del NOA
Si parte desde la bellísima Tafí del Valle, en Tucumán, pasará del frío de las alturas -2.000 metros sobre el nivel del mar- al solcito templado de los Valles Calchaquíes. Desde Tafi, famosa por sus quesos y sus cabalgatas, la ruta 307 zigzaguea montaña abajo, pasa por Amaicha del Valle -con su Museo de la Pachamama- y llega a la ruta 40 justo en las Ruinas de Quilmes, que vale la pena visitar.
Junto al río Santa María, la ruta sigue al norte y pasa por Colalao del Valle, donde puede visitar una bodega tucumana, y continúa por el colorido valle hasta la salteña Cafayate, donde la parada es obligatoria.
Bodegas, viñedos, el moderno Museo de la Vid y el Vino, cascadas y caminatas. Desde allí, una disyuntiva: una opción muy atractiva es seguir por la ruta 40 -de tierra- para atravesar paisajes increíbles como la Quebrada de las Flechas, y pueblos tradicionales como Molinos, Seclantás -cuna del poncho y con su camino de los artesanos - y el bello Cachi, con su iglesia de madera de cardón.
Luego, toma la ruta 33 para atravesar el sorprendente paisaje del Parque Nacional Los Cardones -atento a los OVNIS en la recta de Tin Tin- y descender la espectacular Cuesta del Obispo hasta el Valle de Lerma.
La opción 2 es tomar la ruta 68 para desandar la colorida Quebrada de las Conchas y sus extraordinarias formaciones naturales -la Garganta del Diablo, el Anfiteatro- y geoformas como el sapo, los castillos o el fraile.
A la hora de continuar viaje, la ruta 9 y luego la 34 lo llevarán a pasar por San Salvador de Jujuy y parte de la selva de Yungas jujeña, con las termas y el pueblo de Yala, después del cual empieza a modificarse el paisaje: del verde tupido y brillante de las yungas a los cerros multicolor de la Quebrada de Humahuaca y sus fantásticos pueblos: Volcán, Tumbaya, Purmamarca, Tilcara, Huacalera, Uquía, Humahuaca.
Consejo: no pase de largo ninguno, y deténgase también en Hornillos, la posta en la que supo descansar el general Manuel Belgrano, ya que era uno de los cuarteles del Ejército del Norte.
Y no se pierda los atractivos a un lado y otro de la Quebrada: la espectacular Cuesta de Lipán que lleva a las Salinas Grandes desde Purmamarca, el pueblo de Alfarcito, al que se llega desde Tilcara, o el pintoresco Iruya, que demanda un viaje entre montañas desde Humahuaca.
6. Circuito por las sierras de San Luis y Córdoba
Partamos de la suposición de que fue de vacaciones a las sierras de Córdoba o San Luis. Y que desde Villa General Belgrano o Merlo, por ejemplo, tiene ganas de hacer un buen recorrido en auto, para disfrutar de lindos paisajes. El variado circuito que aquí proponemos combina pueblos serranos con grandes ciudades, parques nacionales, paisajes soberbios y una ruta que, zigzagueando, llega a superar los 2.000 metros de altitud.
Si está, por ejemplo, en Villa de Merlo y recorrió sus principales atractivos -los circuitos Chico, Sur y Norte, el sinuoso Filo Serrano, con sus varios miradores, o el Bajo de Véliz-, y ya probó la adrenalínica tirolesa o hasta se animó al parapente, puede ahora tomar la ruta 148 hacia el sur por el Valle de Conlara, pasar por La Toma -"capital del mármol onix", con su original propuesta de turismo minero- y llegar a la ciudad de San Luis, con su movida nocturna y sus insólitas y sorprendentes réplicas del Cabildo de Buenos Aires y de la Pirámide de Mayo.
Al otro día, madrugue para salir a la ruta 147, encare hacia el noroeste y, cuando haya recorrido 115 km, esté atento al ingreso al Parque Nacional Sierra de las Quijadas. Tómese no menos de un par de horas para recorrer esta especie de parque jurásico de paisajes sorprendentes. En el parque puede elegir entre cuatro senderos, dos autoguiados y dos con guía, y visitar sitios como el Potrero de la Aguada, un espléndido anfiteatro con rastros geológicos de casi 25 millones de años, donde se hallaron restos fósiles de dinosaurios y reptiles voladores como el curioso pterodaustro.