Por estos días patrios y con los actos de los chicos en las escuelas, aparecen en el tapete las comidas típicas de los días de la Independencia. Por aquellos tiempos la mazamorra era muy consumida en los hogares. De raíces indígenas, el nutritivo plato se preparaba con maíz blanco, agua, miel de caña y con el tiempo la receta incorporó azúcar, vainilla, cáscara de limón o canela. Cuentan que por 1800 la mazamorra era vendida en Buenos Aires por mujeres negras o mulatas en las calles. De ahí que, en los actos, niñas de rostros teñidos de carbón canten "mazamorra caliente para las viejitas sin dientes". Debido a la influencia migratoria los platos italianos, españoles y árabes en su mayoría, se apropiaron de las costumbres hogareñas por ello la mazamorra, como otros manjares típicos de la Argentina, pasó casi al olvido. Sin embargo en el norte del país donde el maíz es utilizado a diario en su cocina, esta preparación reina. Además con el auge del rescate de los ingredientes autóctonos y del recetario de diversas regiones del país, se está sacando del olvido.
¿La preparamos hoy? A chicos y grandes seguramente les encante este homenaje culinario. Ingredientes: Maíz blanco 200 grs; Leche 1 litro; Azúcar 200 grs; Canela 1 ramita; Cáscara de limón 1 cucharada.
Procedimiento: Poner el maíz blanco en remojo de una noche para el día siguiente. Colar y colocar en una olla, hervir por una hora aproximadamente. Mezclar el maíz cocido con la leche fría, el limón y una ramita de canela. Llevar a fuego alto hasta que rompa hervor y en ese momento se baja la intensidad de la llama. Cocinar la mazamorra a fuego bajo por media hora o hasta que el maíz esté tierno. Una vez que se apaga el fuego, se agrega el azúcar para que se disuelva en el calor de la leche. La mazamorra debe quedar cremosa, es más sabrosa si queda húmeda. Consumir tibia o fría con canela o miel de caña.