De modo extremadamente resumido podemos decir que toda prosperidad y crecimiento económico requiere de dos elementos: la persona o familia que asume su propio mantenimiento, y un Estado que proporciona el ambiente para tal desarrollo. La situación óptima se da cuando una persona produce para sí y los suyos con responsabilidad y dedicación, mientras el Estado no joroba ese desarrollo. Pero con uno de los dos que falle, se postergará el desarrollo.
Así, puede darse que una persona diligente y responsable caiga en la pobreza a causa de un Estado injusto y/o ladrón, o puede darse que haya un Estado pequeño, justo y eficiente, pero que la persona -o familia- se empobrezca a causa de su propia holgazanería. ¿Qué pasa en Argentina? Estamos desde hace 80 años frente a un Estado ineficiente, corrupto y ladrón. Lastre insoportable para los que responsablemente buscan su crecimiento integral.
Pero si algún día llegase a concluir este saqueo asfixiante del Estado, quedará en evidencia que hay millones de argentinos que han olvidado que no se puede vivir para siempre pidiendo dádivas. Dicho en criollo: si algún día el Estado y los políticos argentinos se tornaran normales y eficientes, muchos que nunca han producido se verán obligados a producir y trabajar, porque cada uno es responsable de su propio mantenimiento.
Mauricio Gallardo
DNI 22.790.843