Volver a Tilcara, el documental

Ayer fue presentado el corto que narra la promesa cumplida por el plantel campeón de 1986.

Volver a Tilcara, el documental
Volver a Tilcara, el documental

Coca Cola, sponsors oficial de la Selección, presentó ayer el documental  ‘Volver a Tilcara’, campaña con la que acompañará al elenco nacional.

La historia cuenta que el equipo del 86, el que hizo una pretemporada en Jujuy, había prometido volver con la Copa de ganarla en México y nunca lo hizo. La leyenda decía que por eso Argentina no había vuelto a ganar un título. “Aprovechando que tenemos la posibilidad de tener la Copa, hablamos con los jugadores para que viajaran y cumplieran su promesa”, cuentan los creativos de la marca.

“Hablamos con Tapia, que era el vocero de los jugadores, y nos dijo que había un pacto de no hablar de eso. Aseguraban que no habían prometido nada. Después que le dijimos imaginate esa foto, nos dijo que iba a hablar con los compañeros”.

Finalmente Giusti, Batista, Garré, Enrique, Pumpido, Tapia, Olarticoechea y Brown aceptaron la propuesta. Los sparrings de aquel momento, Gordillo, Cabrera, Marín, Mendoza, Estar y Benicio esperaban con fotos de aquella época. Si existía alguna deuda, quedó saldada y si Argentina sale campeón del mundo ese viaje será histórico.

Las locuras de Bilardo

“Un día que tenían la tarde libre, Bilardo me preguntó qué podían hacer los muchachos. Yo le dije que había un baile en el galpón municipal. Bilardo los autorizó a ir, pero se quedó inquieto. Quería ir a verlos si se están portando bien. Le dije que se disfrazara de colla. Le puse un gorro, un poncho y unos zapatos artesanales. El problema era la nariz, pero se la tapó como pudo” Sara Vega, la dueña de la cancha donde se entrenaban en aquel momento.

Batista cuenta que “estábamos con Ruggeri en la barra y lo vemos venir a Bilardo vestido de colla. No podíamos creerlo. Nos preguntó que estábamos tomando. Le dije gaseosa y nos dijo se pueden quedar dos horas más”.

‘Juampi’ Sorín y la ausencia de Diego

Juan Pablo Sorín, histórico defensor de la Selección argentina y capitán de la Albiceleste en el Mundial de Alemania 2006 estuvo presente en el evento junto a Alfio Basile. El tema fue hablar de las cábalas y sorprendió con un dato inédito de la eliminación de aquel equipo en esa Copa del Mundo.

“Antes de cada partido, además de hablar yo por ser el capitán, la arenga nos la daba Diego Maradona, que venía al vestuario en cada previa.

Nosotros los escuchábamos y salíamos inyectados”, comenzó un Juampi ahora barbudo, quien dijo que tenía muchísimas cábalas.

Hubo sólo un encuentro en el que a Diego no lo dejaron pasar: precisamente aquel fatídico duelo ante los locales. “Ese día no tuvimos la charla de Maradona, nos dijeron que ni siquiera había podido entrar al estadio cuando estábamos por salir, así que no nos quedó otra”, continuó Sorín.

La historia luego ya es conocida. El encuentro terminó 1 a 1 y los penales metieron a los locales en semifinales gracias a la gran actuación del arquero Jens Lehmann. “Obviamente no perdimos por eso, pero...”, bromeó Sorín frente a esta anécdota, que dejó a todos atónitos ya que nadie lo había contado hasta ahora.

“Ustedes no tendrían que haber entrado a la cancha”, vociferó Alfio “Coco” Basile quien contó muchas situaciones similares.

32 años después

El pasado 27 de marzo, los ex jugadores del seleccionado argentino campeón mundial de fútbol en México 1986 llegaron a Jujuy con el trofeo de la Copa del Mundo de la FIFA, que se pondrá en juego en Rusia 2018, para cumplir con una promesa realizada a la Virgen de Punta Corral.

Arribaron al aeropuerto jujeño “Horacio Guzmán”   y se trasladaron a la localidad quebradeña de Tilcara. “Emociona el recibimiento de los jujeños”, dijo el ‘Checho’ Batista, y recordó aquellas prácticas en la Quebrada de Humahuaca previo al Mundial México 1986.

Por su parte, el “Chino” Tapia reseñó que hicieron “un gran sacrificio para ser campeones del mundo, por eso volver hoy con la Copa del Mundo a Tilcara es una alegría”, mientras era aclamado por fanáticos que se acercaron hasta el aeropuerto para su recibimiento.

En aquella ocasión, se eligió la localidad norteña, situada a 2.465 metros sobre nivel del mar, una altitud similar a la que después jugarían en el Distrito Federal de México.

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