Los casos de abusos sexuales en Hollywood han afectado especialmente al director norteamericano: luego de que su hijo, el periodista Ronan Farrow, formara parte de la investigación que "destapó" el caso Harvey Weinstein, volvió a tomar estado público la denuncia que le hiciera Dylan Farrow (hija adoptiva junto a Mia Farrow) en 1992, cuando lo acusó de haberla abusado de niña.
A raíz de esto, y de la nueva coyuntura, distintos actores comenzaron a manifestar su arrepentimiento de haber trabajado con él: Demi Lovato y Timothée Chalamet (protagonistas de la aún no estrenada -y posiblemente, destinada a permanecer inédita- "A Rainy Day in New York"), Colin Firth, Mira Sorvino y, ahora, Kate Winslet, protagonista de la reciente "La rueda de la maravilla".
La actriz expresó que sentía un “amargo arrepentimiento” por las “pobres decisiones” que la habían llevado a trabajar con “directores, productores y hombres poderosos que por décadas fueron premiados y celebrados”.
Tal como destaca una nota reciente de El País: "Sin financiación, con un público que lo rechaza y sin prestigio que ofrecer a sus estrellas, ya algunos aseguran que el fin de su carrera no está muy lejos".