Ubicada en avenida Irigoyen 4030, la aceitera más grande de la provincia elabora cinco gamas de productos Premium y extra Premium que han sido galardonados en numerosas ocasiones en exposiciones y concursos de todo el mundo. Entre ellos destacan los aceites de oliva extra vírgenes, el aceto balsámico Don Rainieri, los vinos Umbro y la marca de encurtidos Meridiano.
Su planta elaboradora es famosa por recibir cada año a más de 50.000 turistas de todas partes del mundo, además de los sanrafaelinos que se acercan a conocer parte de su propia historia al recorrer el museo del olivo y las plantaciones de olivares y viñedos de cultivo propio de los que se extrae la materia prima.
Reconocida tanto por el prestigio de su nombre como por la elevada calidad de su producción, en 2019 la firma Augusto Zingaretti e Hijos SA decidió acercar sus productos a todo el público y abrió el primer local comercial de Yancanelo en pleno centro de la ciudad, sobre avenida Hipólito Irigoyen 730.
Un almacén de 1943
Diseñado por el arquitecto Marcelo Leal y con una estética donde nada quedó librado al azar, el flamante punto de venta que abrió sus puertas en agosto tiene todas las cualidades para convertirse en un túnel del tiempo. “Nos permite estar presentes con un producto genuino que tiene raíces muy fuertes en San Rafael y es el último eslabón comercial de Yancanelo. Es la comunión final con el departamento”, sostuvo el arquitecto.
Representación viva de un almacén de ramos generales de mediados del siglo XX, el local expone todos los productos elaborados por la firma y también de otras marcas con calidad delicatessen. “No es normal encontrar otras marcas en un local exclusivo, pero queríamos brindarle al viajero un abanico de posibilidades acordes con sus necesidades, tanto en volumen como en el cuidado del packaging”, expuso Leal, lo que definió como “un plus” del servicio.
Así pueden adquirirse desde regalos empresariales o presentes personales de la mayor calidad, pero con el tamaño adecuado para ser trasladado en un avión por ejemplo, sin provocar complicaciones. La variedad puede incluir además de los vinos, aceites, acetos y encurtidos propios, a conservas, dulces, alfajores y otros que van desde los tejidos hasta la alfarería; todo en el mismo lugar y con un orden propio de la época a la que recuerdan.
“Tiene el espíritu del auténtico almacén de campo, desde la entrada hasta el último de sus productos”, graficó al señalar que ya en la vereda se aportan dos detalles claves que son propios de la producción sanrafaelina: una planta de olivo y las ruedas de piedra que se utilizaban antiguamente para realizar la molienda de la aceituna.
“Es la simbiosis perfecta entre la producción, la fábrica, el comercio y el turismo. La esencia del espacio es el fruto de nuestra pasión por lo auténtico y nuestro fanatismo por la producción local”, indicó el profesional. “Todos los productos que exhibimos son elaborados en San Rafael y eso le da un valor agregado pocas veces visto”, reafirmó.
Un pedazo de historia en la pared
Aunque mínimo y casi imperceptible, es imposible escapar al detalle de uno de los ornamentos del original espacio de Yancanelo. En una de sus paredes se luce una antigua pala cuya forma extremadamente redonda no cuadra con las que habitualmente se utilizan en las fincas mendocinas. Con el desgaste propio del uso intensivo al que fue sometida por años, pero conservada en toda su originalidad, al apreciarla de cerca se observa un grabado sobre el metal con la sigla “HMS Bulldog”.
El primer misterio está resuelto; se trata de una pala carbonera que perteneció a un navío británico, lo que es fácilmente deducible a través del “HMS” (His/Her Majesty Ship. En inglés, literalmente: El Barco de Su Majestad).
Ahora el dato oculto: el Bulldog fue un destructor de la Royal Navy que operó durante la Segunda Guerra Mundial y en 1941, el primero en capturar tras un enfrentamiento con submarinos alemanes una máquina codificadora “Enigma” en perfecto estado, lo que torció el rumbo de la guerra en favor de los aliados.
Pero eso no es todo, ya que también fue el escenario donde la armada nazi que ocupó las Islas Canal, firmó la rendición el 9 de mayo de 1945.
El buque fue desguazado un año más tarde, y hasta hoy nadie sabe a ciencia cierta cómo llegó hasta el país un trozo de la historia reciente que movilizó al mundo entero, y que puede apreciarse en pleno centro sanrafaelino.