Un día llegaron a mi trabajo varias cosas traídas por la policía tras allanar una casa donde un hombre alquilara un cuarto. Cinco personas habían denunciado haber sido estafadas; cada una de ellas en su momento le había dejado a ese sujeto una suma de dinero para que él “se la curara”, luego descubrieron que se había ido con paradero desconocido.
Me puse a verificar que todo estuviera: un mantel verde, flores de plástico, discos LP, un crucifijo y, en una bolsa de nailon, fotografías de varios tamaños, de casamientos, bautismos, y tipo carnet. Entonces vi que unos agentes policiales se acercaban trayendo unos detenidos. Conocedor del caso del “brujo”, uno empezó a reírse ante esos testimonios del resultado de la credulidad ajena.
Justo vi una foto carnet de las tantas que había, y la alcé para que este hombre la viera: “Agente… ¿éste no es usted?”. Al ver su rostro, puso los ojos desorbitados y pareció detener la respiración, como si le hubieran dicho que lo fusilarían. Al ver esto, su compañero lanzó una carcajada.
Ciertas cosas no se miran igual si uno mismo está involucrado, aunque no crea en su efectividad.
Ricardo Enrique Falanga
DNI: 13.553.091